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EL RECINTO FORTIFICADO DE LA ISLA DE TABARCA

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«El recinto fortificado de la isla de Tabarca» es el título del artículo aparecido en las páginas 127 a 134 del n.º 22 del Boletín de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, correspondiente al tercer trimestre de 1958. El autor, tanto del texto como de las fotografías que lo acompañan, es José Rico de Estasen.

Boletín de la AEAC, n.º 22, tercer trimestre de 1958
(Archivo Armando Parodi)

La Asociación Española de Amigos de los Castillos, según consta en sus Estatutos, tiene como fines «contribuir a la conservación, revitalización y protección, moral y material, del patrimonio monumental fortificado español y estimular el estudio, conocimiento e interés por nuestros castillos, poniendo de relieve y propagando su importancia artística, histórica y cultural, de modo que se fomente su conocimiento y se facilite con medios adecuados la labor investigadora».

Esta asociación cultural sin ánimo de lucro fue fundada en 1952, al amparo de un Decreto de 22 de abril de 1949, por el que se venían a proteger los castillos y se les reconocía como monumentos nacionales. Fue su fundador y primer presidente, Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya (Segovia, 1893-1978), historiador, crítico de arte y literato, doctorado en Derecho y en Filosofía y Letras. El 22 de diciembre de 1966 la AEAC fue declarada de Utilidad Pública por el Consejo de Ministros y, desde 1976, SSMM los Reyes de España ostentan la Presidencia Honorífica de la Asociación. Su actual presidente, Guillermo Perinat y Escrivá de Romaní, Conde de Casal (Madrid, 1956), gran conocedor de la problemática que implica la tenencia de castillos al poseer varios su familia, es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, y colegiado en ejercicio.

La Asociación cuenta con una biblioteca con más de dos mil títulos sobre castillos, y un archivo fotográfico con aproximadamente quince mil fotografías. Está confeccionando, además, un inventario de fortificaciones históricas españolas, con ayuda del Ministerio de Cultura desde 1998, con más de diez mil fichas realizadas. Tiene veintisiete delegaciones, entre ellas Alicante, constituida el 9 de febrero de 1966, siendo su primer presidente Juan Mateo Box, fiel difusor de las innumerables fortalezas de la provincia, autor de obras tales como Historia de los castillos de la provincia de Alicante (Ayuntamiento de Alicante, Imp. Sucr. de Such, Serra y Cía., 1953). Actualmente está domiciliada en el blog «Castillos de Alicante», y tiene su sede nacional en el número 26 de la calle Prado, en Madrid.

Historia de los castillos de la provincia de Alicante,
Juan Mateo Box, 1953 (Archivo Armando Parodi)

Una de las prioridades de la AEAC, desde su fundación, es la edición de publicaciones sobre castillos y fortalezas, para favorecer su difusión, comprensión y aprecio, tanto en lo que se refiere a libros de diversos formatos, las actas de los congresos y seminarios que organiza, así como el Boletín de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, de tirada trimestral, que se editó desde abril de 1953 hasta diciembre de 1966, comprendiendo los números 1 a 55, pasando en enero de 1967, a partir del número 56, a denominarse Castillos de España, revista que continúa editando a día de hoy.

Boletín de la AEAC, n.º 1, abril 1953 (AEAC)

El Boletín surgió, tanto de la necesidad de ofrecer a los socios y aficionados en general una herramienta de comunicación, como de servir de plataforma a los investigadores y castellólogos, para difundir las últimas investigaciones y acontecimientos que nacen en torno a las fortificaciones de dentro y fuera de la Península Ibérica. Uno de los más frecuentes colaboradores fue el autor del artículo que titula este escrito, el periodista y escritor José Rico de Estasen, entonces Director General de Prisiones y colaborador del Diario Información, anteriormente Director del Reformatorio de Adultos de Alicante y de la Prisión-Escuela de Madrid, autor de diversos libros y artículos sobre castillos españoles.

En una época en la que el turismo todavía ni se había planteado, en una isla en proceso de deterioro, fundamentalmente por la decadencia de la Almadraba «Isla de Tabarca», que conllevó un descenso continuo de población a un número que nunca antes había conocido la pedanía alicantina, Rico de Estasen la trata como una «realidad inefable», la que se encontraba el viajero cuando la visitaba. Una isla glosada por grandes plumas, como Salvador Rueda y Gabriel Miró. Hace una breve reseña histórica y geográfica, sin olvidar la idiosincrasia genovesa de los apellidos de los tabarquinos, realizando una descripción de su recinto amurallado y su aislada torre fortificada, así como la «página de sangre» que presenciaron sus muros.

He aquí el texto íntegro del artículo publicado en el Boletín de la AEAC, con alguna que otra corrección o anotación de mi cosecha, que pongo [entre corchetes].




La isla de Tabarca es una sorpresa inefable que depara a los navegantes el Mediterráneo alicantino; un territorio marítimo fabuloso, cuya visión aparece diluida en el horizonte, frente al cabo de Santa Pola, donde se juntan en estrecho abrazo el azul del cielo y el azul del mar.

Gabriel Miró, siguiendo las huellas de Salvador Rueda, que refugió en Tabarca sus hondas inquietudes de poeta inspiradísimo, fue a la isla ansioso de una quietud y una soledad que le negaban sus quehaceres de modesto empleado de la Diputación de Alicante. Sobre un altozano, dominando el azul, pueden contemplarse todavía las ruinas de la casa que habitaron uno y otro. El viento y el mar han contribuido, mucho más que la mano del hombre, al destrozo del modesto inmueble que, por el recuerdo literario que evoca, considero digno de restauración.

Tabarca, auténtica isla para olvidar, constituye el norte de su ambición literaria. La prosa tierna y musical del inolvidable escritor, fallecido ahora hace veinticinco años [el artículo debió ser escrito en 1955, pues Miró falleció en 1930], jamás vibró tan inspirada y jubilosa como cuando canta las extraordinarias características de la isla, que él considera redonda de mar, traspasada de Mediterráneo, madura del sol, ungida de alucinadora transparencia, coronada de gaviotas que baten sus alas sobre una cortina de montañas tiernas.

Y es que Tabarca es así: misteriosa y eterna, transparente y primaveral, recogida en sí misma, pulcramente inédita, con su belleza natural, con su vivir primitivo e ingenuo, con sus portalones monumentales, con sus atrevidos y artísticos baluartes, con un interés que sube de punto a medida que el emocionado viajero repite sus visitas.

La isla alicantina, que en un principio se denominó «de San Pablo», si hemos de atenernos a la fantasía de los naturales del país, en razón de haber sido el lugar donde desembarcó el gran apóstol en su venida a España, se llamó luego «de Santa Pola», por su proximidad al poblado marítimo de aquel nombre, y también Isla Llana [su nombre geográfico correcto es Isla Plana], porque lisa y llanamente sobresale del mar.



DESCRIPCIÓN

Tabarca [el autor se está refieriendo a Tabarka], según rezan viejas crónicas, es una isla de genoveses, frente a Túnez, que los de este bey [título de origen turco que ostentaban los monarcas tunecinos] tomaron en 1741, reduciendo a sus habitantes a dura esclavitud; que pasó a manos del terror argelino quince años más tarde. Mantuvo, sin embargo, cura propio, el fraile mercenario [mercedario, de la Orden de la Merced] Fray Juan de la Virgen, y este consiguió que nuestro Carlos III, en 1768, redimiese a los infelices tabarquinos el día de la Limpia y Purísima Concepción, en que se firmó un tratado con el bajalato [territorio gobernado por un bajá o pachá, término turco que viene a equivaler a gobernador militar] de Argel.

Numerosas familias llegaron a Alicante con apellidos de Colomba [también Columba, Columbo o Colombo], Capriata, Buso [o Buzo, Buza, Busa], Pittaluga [correcto: Pitaluga], Russo [derivado en Ruso o Rusa], Luchora [más frecuentemente Luchoro], Marcenaro [con multitud de variaciones: Manzanero, Manzanaro, Marzenaro, Marzanaro, Mercenaro, Macenaro], Jacopino [derivado en Chacopino o Chacupino], Noli [con menos frecuencia Noly o Nolis], Sevasco [o Sevasca], Burguero [o Burguera, también Burgero], Perfún [correctos: Perfumo o Perfuma], Molelire [es Milelire], Vasoro [probablemente se refiere a Basalo], Parodi y Contagala [correcto: Cantagalo o Contagalo], para las cuales se habilitó la isla Plana o de San Pablo, levantando una ciudad murada con fuertes puertas y rebellines [revellines:fortificaciones triangulares situadas frente al cuerpo de la fortificación principal,cuyo objetivo es dividir a una fuerza atacante], que se denominó Nueva Tabarca, en el extremo Oeste, el más abrigado de la isla, junto a la playa grande [no es correcto,«La Playa Grande» o «Platja Gran» está situada al Sureste,es la playa más larga de la isla; se refiere a «La Playa»,también conocida como «Playa Central»] y a la del Espalmador [la «Cala de l’Espalmador»es la antigua denominación de lo que actualmente se conoce como «La Pouera»,pequeña playa de la zona norte, al lado mismo de la población,que toma su nombre del «Pou del Pal», pozo situado en la parte alta de la muralla, en sus inmediaciones;el espalmador era el lugar donde se volcaban las embarcaciones de costado,para limpiarlas de las adherencias biológicas], que constituyó un antiguo refugio de piratas berberiscos.

El viaje a esta isla tan poco conocida se efectúa por insignificante coste y con relativa facilidad, en unas embarcaciones movidas a vapor que cubren en menos de dos horas las diez millas marítimas [11 millas náuticas, unos 20 kilómetros]que separan a Tabarca de la luminosa y próspera ciudad del Benacantil.

La isla es pequeña, mide menos de dos kilómetros de longitud [1.800 metros], sin que el punto de su mayor anchura exceda de seiscientos metros [450 metros]. Es llana, de accidentada costa; rodeada de pequeños arrecifes, amontonamientos rocosos, mejor dicho, verdes, amarillos, rojos, cubiertos, a veces, por enorme cantidad de algas; dotada de suaves laderas que descienden hasta el mar formando suaves y deliciosas playas; desprovista de árboles; con vegetación propia y curiosísima, consistente en unas diminutas plantas —plantas y flores de un tiempo mismo— que se mantienen a ras del suelo, cuyos tallos son duros y fuertes como la madera y cuyas hojas aparecen cubiertas de diminutas lágrimas de plata y cristal [probablemente se refiere al espino blanco, muy frecuente en la isla].

A medida que el viajero se aproxima a este trozo de tierra rodeado de mar, la isla va descubriendo su silueta característica, de la que sobresale la iglesia, edificada en lo más alto, como dando a entender la importancia de su misión espiritual; después, la torre defensiva; el faro, en el extremo oriental, y al otro lado del faro, el cementerio, de tapiales blancos, sin funerarios cipreses. Como remate, las blancas edificaciones del caserío con sus casitas bajas roídas por el viento y por las blandas y penetrantes humedades del mar.



LOS BALUARTES

Pese a tan atractivas originalidades, desde nuestro punto de vista, Nueva Tabarca nos interesa por su condición de antigua isla fortificada; por cuanto, para el estudio de sus edificaciones de tipo militar y defensivo, significan el imponente torreón denominado «castillo de San José», sus puertas monumentales, las fortificaciones y murallas que rodean la ciudad mandada construir por Carlos III, que en su conjunto se pueden considerar como interesantes modelos de la arquitectura militar del siglo XVIII.

Son tres las mencionadas puertas, en comunicación con el acantilado y los embarcaderos, de opuesta orientación, dotadas de profundas bóvedas de cantería, denominadas «de Levante», «de San Miguel» y «de San Gabriel» o «de la Trancada». Esta, frente a la suave bahía y rocosa mole del cabo de Santa Pola, es la mejor conservada. Sobre las recias dovelas de su arco de medio punto, hasta época reciente, existió una lápida ornamentada con una corona real y esta inscripción latina:«Carolus III Hispaniarum Rex Fecit, Edificavit».

Las puertas «de San Miguel» y «de Levante», que antaño revistieron un manifiesto interés arquitectónico, se encuentran muy deterioradas, más que por el manifiesto abandono de los hombres, por el transcurso del tiempo, acentuado por la acción destructora de la lluvia, del sol y del viento, y, sobre todo, por la de la brisa salobre y húmeda del mar, cuyas olas, en días de tempestad y galerna, azotan con violencia los cimientos de las mencionadas edificaciones.



TABARCA, PLAZA FUERTE

En cuanto al estado de abandono en que se encuentran, otro tanto puede decirse de las murallas y baluartes que rodean totalmente la parte de la isla que Carlos III, por consejo de su ministro el Conde de Aranda, destinó para ser habitada por las sesenta y nueve familias genovesas, corsas y sicilianas que, integrando un total de trescientos nueve individuos, en la primavera de 1770, llegaron a la isla desde la Tabarca tunecina [Tabarka].

La transformación de Nueva Tabarca en plaza fuerte obedeció a la necesidad de proteger a sus moradores de las depredaciones de la piratería berberisca, que se había enseñoreado de aquellas soledades marítimas desde que Felipe III llevó a cabo la expulsión de los moriscos, dedicándose al acoso y apresamiento de embarcaciones y al asalto y saqueo de pequeñas poblaciones de la costa mediterránea.

Con la erección de pétreas defensas, Tabarca se convirtió en un inexpugnable castillo, en un baluarte defensivo, en una fuerte atalaya enclavada en el mar, capaz de contribuir con sus defensas artilladas a las muy poderosas del castillo de Santa Bárbara, de Alicante.

Dos años se emplearon en la construcción de los baluartes tabarquinos, con arreglo al proyecto del coronel de ingenieros don Fernando Méndez, aprobado por una junta militar que presidió el Conde de Baillencourt.

De diez metros de altura, con troneras, escarpes, paseo de ronda, garitas, refugios y cámaras subterráneas; artilladas con culebrinas y cañones de a veinticuatro y defendidos por escogida guarnición sometida a la obediencia de un comandante militar —cuya casa de gobierno perdura todavía [la Casa del Gobernador, hoy hotel]—, debieron constituir, en su conjunto, un recinto defensivo casi inexpugnable, que aún hoy, desmantelado, roto, es objeto de preferente atención por parte de los excursionistas.

Complemento de las puertas monumentales, de los baluartes y murallas fueron los cuarteles, dotados de caballerizas, sótanos, cisternas y aljibes, depósitos de municiones, víveres, maderas y espartos, así como el lavadero público, horno, tahona, varadero, torre con farola giratoria para orientación de los navegantes; todo cuanto resultaba necesario para el tranquilo vivir de aquellos nuevos ciudadanos españoles, entonces, como hoy, dedicados a la pesca y al cultivo de unas trescientas tahullas de tierra de secano, a los que el monarca, magnánimo, concedió señalados privilegios, entre los que se contaban la exención del servicio militar y del pago de impuestos.

Aspecto de fortaleza, tiene también la iglesia tabarquina, edificada por los mismos alarifes [arquitectos, maestros de obras] que construyeron las murallas, sobre una plataforma formada por éstas.

Dedicada a los apóstoles San Pedro y San Pablo, la consagró el vicario foráneo, don Joaquín Calvo, especialmente enviado a aquel objeto por el prelado de Orihuela, el día 8 de diciembre de 1770, festividad de la Purísima Concepción.

En opuesto sector se edificó una capilla dedicada a la Concepción Inmaculada, a la que Su Majestad profesaba especial devoción, hasta el punto de que fue declarada Patrona de España como consecuencia de una propuesta suya. En señal de soberanía, el escudo del tercer Borbón, cincelado en piedra, permanece adherido a una de las paredes del templo.



EL CASTILLO DE SAN JOSÉ

En contraste con los desmantelados baluartes, con los cuarteles y con los portalones desmochados, en mitad de un terreno pedregoso carente de vegetación e, incluso, de reptiles [no es cierto, todavía es frecuente poder avistar, por ejemplo, eslizones ibéricos], porque la sequedad del suelo inhóspito no permite la vida animal, destaca la gallarda mole del denominado «castillo de San José».

Se trata, como podrá advertir el lector por la fotografía que ilustra estas páginas, de un cuadrado torreón de tres plantas, con patio interior central y azotea circundante, cuyos ángulos conservan el asiento de cuatro garitas voladas que contribuirían a realzar el conjunto ornamental de la torre.

La robustez de tan severa edificación, provista de cuarteles, habitaciones amplias y ventiladas, grandioso aljibe para la recogida de aguas pluviales; que disponía del correspondiente puente levadizo y defendían baterías a barbeta [su parapeto no tiene troneras ni almenas, ni cubre a los artilleros], bastaba por sí sola para defender la totalidad de la isla, como se hubo de demostrar en diferentes ocasiones rechazando varios intentos de incursión de los piratas africanos.


Cuando, con los adelantos de la civilización, el peligro de semejantes invasiones decreció, el fuerte torreón de Nueva Tabarca fue convertido en prisión de estado, en donde, durante la Primera Guerra Carlista, sufrieron penosa reclusión numerosos sacerdotes y militares, ardientes partidarios del primer monarca tradicionalista, que se negaron a reconocer a Isabel II.

En el otoño de 1838 fueron trasladados a la isla y recluidos en la dura prisión del «castillo de San José», dieciocho sargentos pertenecientes a los ejércitos de «Carlos V» [Carlos María Isidro de Borbón, Conde de Molina,pretendiente al trono de España como «Carlos V», iniciador del Carlismo], que permanecieron allí hasta el 11 de noviembre del mencionado año, en que, a la luz imprecisa de la amanecida, ante las atónitas miradas de los pacíficos pescadores, los fusilaron.

En el libro de defunciones de la parroquia figuran los nombres y el lugar nativo de aquellos mártires, que se enfrentaron con el piquete de ejecución sin abdicar de sus convicciones políticas, firmes en sus ideales, vitoreando a su patria y a su rey: «Anastasio Bonet, natural de Benicarló (Castellón); Rafael Benito, de Badía (Guadalajara); Juan Pérez de Castro, de Montiel (Ciudad Real); Francisco García, de Teruel; Ciríaco López, de Canduela (Burgos); Diego Albendia, de Mazanallageros (Cuenca); Manuel Asensi, de Benaguacil (Valencia); Miguel Maroto, de Cuenca; Andrés Rubio, de Fuentidueña (Madrid); Francisco Avellanos, de Cuenca; Miguel Ponzano, de Iniesta (Cuenca); José Vidal, de Agullent (Valencia); Paulino García, de Pradera de Sepúlveda (Segovia); José Miranda, de Benimamet (Valencia); Juan Iborra, de Cañete (Cuenca); Santos Safila, de Valladobal (Palencia); Francisco Febró, de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), y Florentino Torrecilla, de Valencia».


Fue consecuencia de una orden dictada por la Junta de Represalias que se constituyó en Alicante, al igual que en las restantes provincias de España, por orden del gobierno de Isabel II, para ponerse a tono con las órdenes extremas dictadas por el general don Ramón Cabrera. Como justificación a las medidas de extrema crueldad de este, estaba el tremendo dolor, la violenta indignación que le produjo la noticia del terrible fin de su anciana madre, que, por el delito de serlo suya, tras veintidós meses de prisión, fue fusilada en el castillo de Tortosa por orden del capitán general de Cataluña don Francisco Espoz y Mina.

REALIDAD INEFABLE

Tabarca, isla auténtica, realidad inefable, inmóvil navío rodeado de espumas en la plenitud del Mediterráneo alicantino, espera siempre con ansiedad la visita de cualquier viajero. El menor motivo reviste en la legendaria isla de San Pablo caracteres de acontecimiento. Allí viven varios centenares de españoles, jóvenes adultos, ancianos y niños, sin apenas contacto con el mundo exterior: razas puras, directos descendientes de los cautivos tunecinos, que hallaron libertad por el afán mercedario del buen rey Carlos III; corazones sencillos y esforzados, hechos a escuchar las canciones del viento en las amplias y misteriosas soledades del mar.

(Artículo del blog «La Foguera de Tabarca»)

24 DE OCTUBRE DE 2013. ESTRENO DEL DOCUMENTAL "LA MEMORIA DE TU BIBLIOTECA"

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"La Memoria de tu Biblioteca" es un proyecto para recuperar la memoria histórica de nuestras bibliotecas, ayudados por la experiencia de nuestros mayores, que nos cuentan en una serie de entrevistas, como han vivido ellos sus recuerdos y su paso por las bibliotecas de su ciudad y, en especial, de la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante. 

Este proyecto está patrocinado por la Obra Social de Caja Mediterraneo, con la colaboración de Asuntos Aleatorios, Artegalia TV y Alicante Vivo.

 

Os dejamos con la entrevista realizada a "Alí" Andreu Cremades, una de las seleccionadas para este proyecto. 20 minutos impagables del gran Alí.




Si quereis ver el documental íntegro que hemos grabado, con las entrevistas, anecdotas y comentarios de nuestros invitados, sólo tenéis que venir este jueves, 24 de octubre, a las 18'30 h.a la Biblioteca Gabriel Miró de Alicante. No os lo perdais...

Enlaces de interés:

Blog "La Memoria de tu Biblioteca"
Perfil de Facebook de "La Memoria de tu Biblioteca" 
Noticia de Información


LOS PAVIMENTOS DE LA DISCORDIA. LA PLAZA DE PÍO XII Y EL PASEO DE GÓMIZ

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Esta mañana nos despertábamos con las quejas que ha provocado el cambio del pavimento de la plaza de Pío XII. Y es que, según cuenta hoy INFORMACIÓN"la decoración que se ha escogido para espacio público, a base de serpenteantes rayas blancas pintadas en el pavimento, no está dejando indiferente a nadie. Los vecinos más mayores critican que se marean al andar por esta plaza, pero lo más grave es el efecto que este tipo de decoración tiene en personas que sufren de epilepsia fotosensible. La Asociación de Epilepsia en la Provincia de Alicante, ya ha pedido una reunión urgente con el Ayuntamiento para trasladarle este problema y buscar soluciones, señaló ayer la presidenta de la entidad Carmen Carretón"


A todo esto tenemos que unir que la nueva decoración de la plaza se parezca sospechosamente al diseño de la Plaza Superkilen de Copenhage cuya foto vemos a continuación.

No es la primera vez que se producen quejas por el "mareante" pavimento de las calles alicantinas. En el año 2011, el diario inglés The Daily Mail recogía las quejas de los turistas ingleses molestos por el pavimento del Paseo de Gómiz en ela playa del Postiguet. Según sus palabras, recogidas por el diario 20 Minutos, el pavimento parecía una "montaña de escalones que provocan máuseas y mareos después de tomar unas copas".

Pavimento del Paseo de Gómiz. Gentileza de Jose Luis Climent García-Cid

Al margen del asunto de la posible influencia  de las líneas sinuosas en la salud de las personas, la plaza ha ganado en cuanto a su uso por las personas, porque antes eran dos calzadas bastante anchas y en el centro una isleta de césped con un pino, unas yucas y otros arbustos que se han mantenido, pero salvo en las paradas de autobuses no había sitio donde sentarse. La obra ha añadido para uso peatonal la calzada enfrentada a la C/San Mateo y por ello se ha trasladado la parada de autobús al nº 1 de dicha calle , ensanchado también las aceras perimetrales. En total se calcula que se habrán ganado para el peatón unos 700 m2 en los que se ha diseñado un murete en zig-zag que además de delimitar el espacio verde, hace las veces de banco lineal, el pavimento y de forma no habitual en esta ciudad, se ha hecho de asfalto. La escultura de Lastres, se ha ubicado en el centro y a ambos lados se puede observar en las fotos que hay dos cuadrados y al parecer uno es para juegos infantiles y el otro para plantar la hoguera ya que el sitio donde se hacia ha quedado reservado para la calzada del tráfico.

Esperemos que esta actuación tenga tanto éxito como la que se hizo en su día en la Plaza Manila, planteada con igual filosofía que ésta: incorporar la calzada para uso peatonal en el barrio más densamente poblado de la ciudad y con carencia casi absoluta de zonas verdes y plazas. Lo de las rayas en el pavimento, los gustos y las consecuencias...eso es otra historia.







BELLEA DEL FOC 1935. LUCES Y SOMBRAS

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Con este artículo acabo con una frustración que llevo a cuestas desde hace años. Como delegado de Cultura de la Comissió Gestora de les Fogueres de Sant Joan, la actual Federació, me encargué de confeccionar la Revista Oficial Fogueres 2002, publicación que llevó el título «70 Anys de Belleses: "Vivències"», dado que estuvo dedicada a la figura de nuestra máxima representante de la Fiesta, la Bellesa del Foc, y que analizaba tanto la creación del cargo, como la evolución de su sistema de elección y su denominación. Pero, durante la preparación y recogida de datos, lo más arduo, sin duda, fue conseguir contactar con todas ellas, salvo, lógicamente, las que ya no estaban con nosotros, a fin de que nos hicieran una semblanza de lo que significó en sus vidas ser elegidas para tan alto honor.

Pues bien, a pesar de los esfuerzos de las personas que colaboraron conmigo: María García Carbonell, entonces delegada de Bellezas; la que fuera Bellea del Foc en 1973, Remedios Serna González; y mi hermana Esperanza, perteneciente a la Subcomissió en el área de Bellezas; la única Bellesa del Foc que, ni pudimos localizar, ni obtener datos de su biografía, fue Angelita Ramírez López, Bellea del Foc 1935.

Angelita Ramírez López, Bellea del Foc 1935
(Revista Oficial Fogueres 2002. Archivo Armando Parodi)

Pero el tiempo y el azar han hecho que, recientemente, diera consecutivamente con una serie de publicaciones y documentos que, no solo me han permitido completar ese vacío que quedara en la revista oficial, sino que me han llevado a sacar a la luz una historia probablemente irrepetible: la de una joven de diecisiete años elegida Bellea del Foc, trabajadora de origen humilde, que fue injustamente destituida y al poco tiempo le sería devuelto el título, exiliada a México, y de la que desde aquel entonces apenas hemos vuelto a saber nada de ella.


La Elección

Pero comencemos por el principio, a las 11 de la mañana del 28 de abril de 1935, momento en el que, en el Monumental-Salón Moderno, comparecieron las veinticinco belleas de otros tantos distritos, que fueron presentadas por Juan B. Cabrera, redactor de El Sol de Madrid. El jurado estaba compuesto por: Antonio Vázquez Limón, Gobernador Civil; José Pérez Molina, presidente de la Diputación; Alfonso de Martín-Santaolalla Esquerdo, Alcalde; José Roméu Zarandieta, presidente de la Gestora; y los Foguerers Machors o, en su defecto, los presidentes de las comisiones. El doctor Ángel Pascual Devesa, mantenedor del acto, pronunció una amena e interesante conferencia sobre el significado y desarrollo de las Fiestas de San Juan, y, por fin, desfilaron de nuevo las belleas, y el jurado procedió a la votación. Por mayoría de votos, salió elegida Bellea del Foc 1935 Angelita Ramírez López, de la comisión de Alfonso el Sabio, Quintana, Fermín Galán y travesía, que así se denominaba la actual Foguera Alfonso el Sabio, y como Damas de Honor de la misma, Teresita Vicenta Arcas, de Plaza de las Monjas, y Victoria Pastor, de Méndez Núñez, hoy Monjas-Santa Faz y Rambla Méndez Núñez, respectivamente. Cerró el espectáculo el gobernador Vázquez Limón.

Angelita Ramírez López, Bellea del Foc 1935
(Revista Oficial Fogueres 2002. Archivo Armando Parodi)

Al banquete asistieron seiscientas personas, ocupando un lugar destacado la recién elegida Bellea del Foc y la del año anterior, Paquita Santos Albadalejo. En la mesa de los periodistas se encontraba Susana Pérez, elegida «Señorita Prensa». Por la tarde, invitados por la directiva del Hércules, asistieron al partido en el Estadio Bardín, que jugaba nuestro equipo contra el Celta de Vigo. Era el final de la competición liguera, y venció el Hércules 1-0, lo que suponía su ascenso por vez primera a la máxima categoría del fútbol español.

Portada de la revista Crónica, Madrid, 19 de mayo de 1935 (Web TodoColeccion)

Por la noche, en el Salón España, bajo la presidencia de la bellea y sus damas, primer acto oficial al que asistían, se efectuó la elección de la «Señorita Provincia» entre las seleccionadas de cada uno de los partidos judiciales, con excepción de Cocentaina y Callosa de Ensarriá, que no presentaron. Tras las votaciones de las once candidatas y el escrutinio correspondiente, se proclamó a Anita Tent Llopis, de Denia, cuya proclamación se llevaría a cabo en dicha población el 12 de mayo, con asistencia del Gobernador Civil, presidente de Gestora, Belleas del Foc 1934 y 1935, así como otras autoridades y representantes de prensa, que fueron recibidos en el límite del término municipal, por el alcalde dianense, señor Montón, y la joven representante de la provincia, Anita Tent. Como diría Enrique Cerdán Tato en su celebrada columna La Gatera, en junio de 1994, «Alicante ejercía su capitalidad así, por el conducto de la fiesta».

De izquierda a derecha: Teresita Vicenta Arcas, Victoria Pastor, Angelita Ramírez
y Rosita Richart (Foto: Sánchez. Archivo Rosita Richart)

«Angelita 1.ª, Reina del Fuego»

Pero, ¿quién y cómo era Angelita Ramírez? Probablemente la mejor semblanza la podemos encontrar en el n.º 389 de la revista Estampa, de fecha 29 de junio de 1935, en portada y las páginas 19 a 22. Una publicación descrita en el artículo que trata del ejemplar del 25 de junio de 1932, titulado «Pioneras de la Fiesta», una de cuyas protagonistas es la primera Bellea del Foc, Amparito Quereda.

Portada de Estampa, año 8, n.º 389, de 29 de junio de 1935
(Biblioteca Nacional de España)

En esta ocasión vamos de la mano del asiduo periodista de esta revista, José R. Ramos, con fotos de Marina, de los que no ha sido posible conseguir datos biográficos. Su artículo, con el curioso título de «Angelita 1.ª, Reina del Fuego», se reproduce íntegro a continuación, con correcciones y anotaciones [entre corchetes], y ya en la portada, al pie de una bucólica foto de la Bellea, comienza con lo siguiente: «En los veintiocho distritos de Alicante arden las hogueras en la noche de San Juan. Angelita Jiménez [yerra en el apellido, es Ramírez] es la "Reina del Fuego", la Belleza a quien rinde homenaje la ciudad».


Cuando se dice que un pueblo arde en fiestas, y ese pueblo no es Alicante, no se hace otra cosa que emplear una metáfora excesivamente gastada.
Sin metáfora se puede decir que Alicante arde por los cuatro costados el día de San Juan, Alicante es la ciudad del fuego. Administrativamente, puede decirse, en cierto modo, que es una población de ochenta mil habitantes, divididos en veintiocho distritos "fogueriles". Eso lo saben en Alicante hasta los chicos que no van a la escuela.
La ciudad del fuego tenía que tener, como en efecto la tiene, una reina de su elemento: la bellea del foc. No es la "belleza del fuego" una reina frívola como cualquier Miss Casino de otras provincias. Tiene todos los derechos que emanan de su hermosura preeminente, pero tiene también obligaciones ineludibles para con el pueblo que democráticamente la ha elegido. Su Consejo de Ministros, que no otra cosa es la Mesa Gestora de las fogueres de San Chuan, está encargada de asesorarla en todo momento. A este consejo responsable es al que hay que pedir autorización para hacerle una interviú a la reina.
Mediante los trámites protocolarios, hemos conseguido, pues, una interviú con Angelita I de Alicante, bajo la mirada responsable de su primer ministro, don José Romeu.

«Toallas de la Reina»
Cosa de los tiempos es que una reina fabrique toallas de felpa en vez de bordar con hilo de oro en sutiles cañamazos. Pero finísimas perlas se le antojaban a don Quijote los granos de trigo que Sancho juraba haber visto en la criba de Aldonza Lorenzo.
Guapa lo es de verdad esta reina del fuego. Su gran mérito es ése: tener porte de reina habiendo nacido menestrala, y gozar del acatamiento de millares de súbditos sin más elementos coactivos que la fuerza centrípeta de su belleza deslumbrante.
Vive Angelita en el barrio alicantino de los Ángeles, un barrio extremo y populoso, que empieza en chaletsfloridos y acaba en casas terreras de un solo piso. En la de Angelita, modesta, pero limpísima, pequeños detalles de primor, que se observan inmediatamente, demuestran que anda por allí a diario una mano de mujer bonita.
Por una veredita trasera, en pleno campo, va y viene Angelita todos los días entre su casa y la fábrica, que están próximas. Y cuando va y viene por el caminito campestre, radiante de sol, en el pecho de los muchachos del barrio desencadena pasiones encendidas la reina del fuego.

Publicada en la revista Estampa (Foto: Marina)

«¿Un rey consorte?»
Cuando estamos hablando con Angelita en la fábrica le han llamado al teléfono.
—¿Quién llama? —le pregunta el patrono cuando ha vuelto.
—Ese pillastre —contesta ella.
Y como eso de que una muchacha llame a un muchacho pillastre es cosa peligrosa... para la muchacha, nos hemos alarmado un poco.
—¿Pero es que ese...?
—Sí, pero reñimos hace días, porque me hizo una charranada. Solo que ahora, cuando ve que me han elegido "belleza del fuego"...
—Se le ha avivado la llama, es natural.
—No me deja en paz en todo el día. Cuatro veces me llamó ayer. Y hoy van ya cinco. Para que la persona que sale al teléfono no deje de avisarme, toma, a veces, el nombre de don José Romeu.
—¿Del presidente de su consejo de ministros?
—Del presidente de la Mesa Gestora de las fogueres, sí señor. Y ahora me decía, fingiendo la voz, que era un periodista que deseaba hacerme una interviú.
—¿Y usted qué le ha contestado?
—Que no concedo más audiencias que las que vengan autorizadas por el señor Romeu.
—¿Será capaz ese señorito —interviene el mismo señor Romeu, presente en la conversación— de venir a pedírmela, después que tan desvergonzado empleo hace de mi nombre?
—Para lo que él pretende, todo sería inútil. Mientras yo sea soberana de Alicante, no daré a mi pueblo un rey consorte.
No lo ha dicho con estas mismas palabras, pero esto es lo que ha querido decir.
Con que tomen nota los impacientes. Pues este año, al menos, la reina del fuego usa coraza de amianto.

Comisión Gestora 1935. Sentado, a la izquierda, José Romeu Zarandieta
(Foto: Sánchez. Archivo Rosita Richart. Reproducida en la revista Estampa)

«En la "cremá" no todo es humo»
Angelita cubre en la fábrica su cabeza con un pañuelo blanco anudado sobre la nuca, para guardar el tesoro de su pelo del polvillo de algodón, que sale de las máquinas cardadoras. La ve uno surgir de entre los telares y tiene que frotarse los ojos, porque allí aún conserva ella su aire distinguido de reina de verdad.
Eso en la foto se le ve. Lo que los clisés no pueden reproducir es la voz de seda —no ya de algodón— con que ella misma nos va explicando lo que son las fogueres de San Chuan.
—Un dineral se derrocha en fuego —me explica Angelita—. Lo menos cincuenta mil pesetas en un día.
—¿Cuesta mucho la construcción de las fallas [era inevitable, en aquel tiempo, que todavía se utilizaran indistintamente los términos falla/foguera para referirse al monumento]?
—Las de Alicante cuestan cada una, por término medio, unas cuatro mil pesetas. Las hay hasta de diez mil.
—¿Cuántas fallas se queman en toda la ciudad?
—Veintiocho. Tantas foguerescomo barrios o distritos fogueriles. Veintiocho distritos, veintiocho fogueres, veintiocho bandas de música, veintiocho reinas de barrio, veintiocho mil metros de traca cada uno de los tres días de fiesta, veintiocho comisiones de fogueres, que se ocupan todo el año de prepararlas.
—¿Es necesario tanto tiempo?
—Lo es, porque las foguerescuestan mucho dinero.
—¿De dónde se saca?
—¿Y de dónde quiere usted que se saque? Del vecindario. El Ayuntamiento concede una pequeña subvención para las fiestas: pero luego son los vecinos de cada barrio los que rivalizan para que su hoguera sea la más vistosa. Nadie deja de contribuir a la suscripción, aunque sólo sea con la cuota de diez céntimos semanales. Y no todo se va en humo, que, aparte de las ganancias que dejan los forasteros, gracias a las fogueres, trabajan estos últimos meses muchos obreros en Alicante.

Comitiva oficial de Les Fogueres poco antes de embarcarse para Orán.
Comisión Gestora —detrás, a la derecha, José Romeu—, Bellea del Foc —centro—,
Damas de Honor, autoridades y acompañantes (Foto: Sánchez. Archivo Rosita Richart)

«¿Paganía o mosquitos?»
Yo podría hacer a Angelita unas preguntas más propias de su condición femenina que las que le estoy haciendo. Pero ya queda dicho que la bellea del foc no es una miss cualquiera, lo bien al corriente que está de los intereses de su pueblo demuestra ya que se halla poseída de la importancia de su cargo.
—¿Sabe usted, Angelita, cuál es el origen de las fogueres de Alicante?
—No es cosa que esté muy clara. Hay quien afirma que la cremá no es más que una variante de la costumbre general, que dicen que es pagana, de encender hogueras en la noche de San Juan. Pero hay también motivos para creer que las fogueres de Alicante tienen una razón especial. Parece que hace muchos años existían por aquí unos pantanos, que a la entrada de la estación veraniega infestaban de mosquitos toda la ciudad [probablemente se trate de las ciénagas situadas en el interior de la actual playa de la Albufereta, antes de su drenaje y saneamiento, y dada la distancia al centro de la ciudad, no parece fiable como origen de esta costumbre]. Para librarse de ellos e imperdirles reproducirse, se encendían por este tiempo grandes hogueras en todos los barrios. Cuando ya no había hierba o matojos que quemar se arrojaban al fuego todos los desechos de la casa. Hasta cuadros, imágenes y trastos viejos [esto sí está descrito en multitud de fuentes, quemar lo viejo, lo inútil, lo roto, lo "malo" en definitiva]. La rivalidad empezaría así en los distintos barrios, y cuando ya no les queda nada inservible, hace cada uno verdaderas obras de arte para arrojarlas al fuego.
—¿Son muchos los talleres que trabajan en la construcción de fallas?
—En Alicante son unos catorce o quince, y el artista propietario de cada uno ocupa en él, de tres a seis meses, a buen número de ayudantes, pintores, carpinteros, armadores, etc.
Angelita nos ha acompañado a visitar algunos de estos talleres.
Todos estaban llenos estos días de esas obras del arte fallero, de dimensiones enormes muchas de ellas. Así, por ejemplo, la de la plaza de la República, que no medía menos de catorce metros de alta por diez y medio de ancha [se trata de la foguera de Gastón Castelló titulada, según su expediente en el Archivo Municipal de Alicante, Estíus antics y moderns, que ganaría el Primer Premio de la Categoría A, y que mediría plantada 16 x 11 metros de base y 13,5 metros de altura].
Cuando esta información se publique en «Estampa» todo ello será ya ceniza.
—¿No les da lástima quemar todo esto, Angelita?
—¡Pchs! Un poco. ¡Pero la cremá es tan bonita! ¿No ha visto usted nunca la cremá?
—No, no la he visto.
—¡Ah!

Foguera Plaza de la República 1935, Estíus antics y moderns (sic),
de Gastón Castelló Bravo, Primer Premio de Categoría A (AMA)

«La información próxima»
No hace muchos años todavía que Alicante celebra con tanto derroche sus fiestas de San Chuan. Se pueden contar por el número de reinas que ha tenido [no es cierto, pues de 1928 a 1931 no hubo Bellea del Foc y sí Fogueres]. Amparito Anerida [evidentemente se trata de Amparito Quereda, cuyo apellido curiosamente también confunden en el mencionado número de Estampa de 1932], Carmen Hernández, Paquita Santos y Angelita Jiménez [se repite el error, Ramírez] se llaman, enumeradas por orden de elección.

Foto histórica publicada en Estampa. De izquierda a derecha: Paquita Santos -1934-,
Angelita Ramírez -1935-, Carmen Hernández -1933- y Amparito Quereda -1932-. (Foto: Marina)

Las cuatro han estado esta tarde en el Club de Regatas, agasajadísimas por su presidente, dejándose hacer unas fotos para «Estampa». Innumerables veces se han recortado sus siluetas airosas sobre las velas de los balandros alocados que las invitaban a marchar hacia Cyteres, por sobre las ondas de su mar grecolatino [Cyteres es una isla ficticia, tomada del poema «Un viaje a Cyteres», contenido en el libro «Las flores del mal» de Charles Baudelaire].
Pero Amparito y Carmen tienen novio. Y para que este detalle las una más a su tierra y a sus fiestas de San Juan, las dos le conocieron con motivo de su elección para reinas del fuego.
Paquita y Angelita —quince años cada una— son dos niñas aún, que no piensan todavía en tener un novio de formalidad.
—Sin embargo —dice Carmen, que es muy graciosa, aparte de lo guapa—, puede ser que dentro de pocos años tengan ustedes ocasiones de hacernos estas mismas fotografías de modo muy distinto.
—¿Cómo?
—Trayendo las cuatro de la mano un racimo de chiquillos.
Les hemos prometido aprovechar la idea, si ellas conservan para entonces el buen humor que tenían esta tarde.


Publicada en la revista Estampa (Foto: Marina)


La Bellea del Foc, destituida

Un caso insólito y único en la historia de Les Fogueres de Sant Joan, prácticamente desconocido para muchos de los que la vivimos. Según contaba Raúl Álvarez Antón en unas notas personales recogidas en el llibret de la Foguera Calderón de la Barca-Plaza de España de 1991, la Bellea del Foc 1935 fue destituida por el secretario de la Gestora, Rafael Richart, «en decisión unipersonal».

Una vez investigado lo que en estas notas explicaba nuestro recordado y entrañable periodista, se puede decir que la historia comienza a finales de 1935, cuando entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre, se celebraba el 35.º Aniversario de la entidad cultural Orfeón de Alicante, que programó unos festivales en su sede, entonces situada en la calle Gerona. A tales celebraciones sería invitada protocolariamente la Bellea del Foc, Angelita Ramírez y, a consecuencia de dicha invitación, se sucederían los hechos que me dispongo a pormenorizar, de la mano, por una parte, de las notas de prensa aparecidas en el Diario El Luchador, y de otra la transcripción de las Actas de la Comisión Gestora, prensa consultada en la extensa hemeroteca del Archivo Municipal de Alicante, que a su vez conserva en depósito las citadas Actas manuscritas.

La razón primera de este conflicto la encontramos en el Acta de la Junta General Extraordinaria del 10 de diciembre de 1935, ya presidida por Ángel Pascual Devesa, en el capítulo de «Ruegos y preguntas»:

Por una pregunta que hace el Delegado de la Foguera Virgen del Remedio y después de varias intervenciones de Delegados, el Secretario explica cuanto ocurrió, o sea, que la Srta. Angelita Ramírez, Bellea del Foc, y la Srta. Victoria Pastor, Dama de Honor, se negaron asistir a la fiesta organizada por el Orfeón Alicante, cuyo encargo recibió de la Presidencia y que ante tal actitud, solo pudo conseguir de dicha Señorita la promesa de que el día de la exaltación para nueva Bellea del Foc, asistirían tan solo a dicho acto y demás a celebrar dicho día; que en vista de esa negativa pudo conseguir que la Srta. Teresa Vicenta Arcas, Dama de Honor, y las Srtas. Lolita Martín y Maruja Giner, Bellezas del Mercado y Díaz Moreu respectivamente asistieran al festival del Orfeón y que estas Señoritas, a su juicio, deben continuar como sustitutas de la Bellea del Foc y Damas de Honor, según su orden en que quedan nombradas.

La Presidencia propone que inclusive este caso y los demás que puedan surgir con referencia a la Bellea del Foc y Damas de Honor, se entienda renuncian a los nombramientos y les sucedan las que sigan en puntuación, así se acuerda, pero además se hace constar que la Srta. Teresa Vicenta Arcas sea la sustituta de la Bellea del Foc y las Srtas. Lolita Martín y Maruja Giner las sustitutas de las Damas de Honor, acordándose también pedir las Bandas a la Bellea del Foc Srta. Ramírez y Dama de Honor Srta. Pastor.

De aquí se desprende el aparente motivo de la destitución, y cómo Teresa Vicenta Arcas, Bellea de la Foguera Plaza de las Monjas, era nombrada Bellea del Foc 1935, y Damas de Honor las representantes de Plaza del Mercado y Díaz Moreu, Lolita Martín y Maruja Giner, respectivamente, si bien lo fueron durante un breve periodo de tiempo, como ahora comprobaremos, pues ya en el Diario El Luchador del 17 de enero de 1936, en su sección De Fogueres, y dentro de la convocatoria de la Comisión Gestora, firmada por el secretario Rafael Richart, a la reunión del día 20 a las diez de la noche, en su Orden del Día aparece en su punto 5.º: «Reclamación de la Bellea del Foc destituida». Veamos lo que ocurrió.

El Luchador, 17 de enero de 1936, página 5 (AMA)

Recoge el Acta de la Junta General de Fogueres de 20 de enero de 1936, en su apartado sobre la «Reclamación de la Bellea del Foc destituida»:

El señor presidente informó de haber recibido en su domicilio particular la visita de la señorita Angelita Ramírez Bellea del Foc 1935-36 que a raíz de la celebración del festival conmemorativo de la fundación de Orfeón-Alicante fue separada del Título que ostentaba. De cuanto expuso le manifestó la presidencia se dirigiese por escrito a la Mesa Gestora y ruega al señor Secretario dé lectura a la carta que se recibió de la referida señorita. También lee el señor Secretario la carta que le escribió la Mesa Gestora.

La presidencia da lectura a una carta que dirige en sentido particular el señor Richart a la Srta. Ramírez, juntamente con la oficial. Y por este motivo la Mesa se pronuncia incompatible con el señor Secretario en el funcionamiento de sus cargos. También se lee otra carta apócrifa en la que Don Rafael Richart, presentaba la dimisión de su cargo, dicha carta no fue reconocida como propia por el señor Richart.

Hace uso de la palabra el señor Secretario y expone que siempre que fue a buscar a la Bellea del Foc para cualquier festival que era invitada, puso reparos. Recuerda el viaje que se hizo a Elda que se negó también y apela al testimonio del Señor Contador. A la velada del Orfeón se negó igualmente, y nunca lo hacía presente en las Asambleas. Pero en una de las últimas sesiones, se preguntó por un señor delegado por qué la Bellea del Foc no asistió como igualmente una de sus Damas de Honor al festival del Orfeón. Explicó entonces los motivos y la asamblea tomó el acuerdo de retirarles las bandas y así se hizo. Se extiende en detalles y manifiesta que presenta la dimisión y abandona el Salón.

Se acuerda el nombramiento de una Comisión para dejar aclarado el asunto que nos ocupa y dar cuenta a la general. Esta comisión la componen los delegados de Pascual Pérez, Sr. Ors, San Fernando, Sr. Sánchez y Benalúa, Sr. Such Roca.

El señor Presidente ruega conste en acta, el profundo dolor que le produce la separación del compañero Richart y la Asamblea se suma a las manifestaciones de la presidencia.

Alfonso el Sabio manifiesta que los motivos de haberse negado cuantas veces fueron a buscarle ha sido por carecer en su casa de comodidades y si se le hubiere pagado las horas de jornada que perdía no habría puesto tantos reparos y afirma que en lo sucesivo irá a todos los sitios que la llamen. El Delegado de Méndez Núñez se lamenta de que no se ocupen de la Dama de Honor. Campoamor hace observar que en la carta que se ha leído de la Señorita Angelita Ramírez, existen algunas contradicciones y ya que el Señor Secretario ha dimitido debe sostenerse el acuerdo tomado en la sesión anterior. Otras comisiones también hacen acertadas manifestaciones pero como quiera que se ha formado una comisión para que intervenga en este asunto, ella pues será la que nos traerá el fallo.

El Luchador, 21 de enero de 1936, página 5 (AMA)

El reflejo en prensa no se hizo de esperar. El Diario El Luchador del 21 de enero de 1936, dentro del amplio artículo titulado «De la fiesta alicantina: La Gestora de "Fogueres" en su reunión de anoche destituyó al secretario y gestionará de la "Bellea del Foc 1935" su reintegración al título», en el apartado «Reclamación de la Bellea del Foc, y destitución del secretario de la Gestora», escribe:

El señor Pascual y Devesa informó de haber recibido en su domicilio particular la visita de la señorita Angelita Ramírez, «Bellea del Foc 1935-36» que a raíz de la celebración del festival conmemorativo de la fundación de Orfeón-Alicante fue provisional separada del Título que ostentaba.

De la información que por la reclamación de la señorita Ramírez se desprende, se deducen pruebas bien claras de que obedeció a una actitud improcedente observada por el Secretario de la Gestora señor Richart.

Con este motivo se promovió un fuerte debate, que terminó con la destitución del señor Richart como Secretario de la Gestora de Fogueres, y con el nombramiento de una Comisión, que en representación de la Mesa Gestora visite a la señorita Angelita Ramírez para darle todo género de explicaciones y rogarle se reintegre a la posesión del Título de «Bellea del Foc» que ostentaba.

Pero al día siguiente, el mismo Diario El Luchador del 22 de enero de 1936, publicaba «Una aclaración: La reunión de la Gestora de Fogueres», con este breve texto:

Hemos recibido una extensa carta del que hasta anteayer fue Secretario de la Comisión Gestora de Fogueres don Rafael Richart, en la que solicita de nosotros una aclaración relacionada con la referencia que de la reunión celebrada por esta Gestora publicábamos ayer y en la que informábamos de haber sido destituido el mencionado señor Richart del aludido cargo de Secretario.

Ruega el señor Richart que hagamos constar que su salida de la Gestora no ha sido por destitución, sino por dimisión voluntaria suya, y con gusto complacemos al solicitante, una vez comprobada la certeza de este extremo que por defecto de información llegó equivocadamente a nosotros.

El Luchador, 22 de enero de 1936, página 5 (AMA)

Con estas controvertidas ambigüedades en el ambiente, llegamos a la Junta General de Fogueres de 18 de febrero de 1936, en la que se aborda la «Elección de Secretario», de la que recoge el Acta:

Seguidamente la presidencia da cuenta a la Asamblea de que durante el interregno de tiempo que la Gestora estuvo sin Secretario, a su instancia había desempeñado dicho cargo Manuel Collía, a satisfacción de la mesa y que para proveer dicha plaza en propiedad se suspendiera la sesión por unos minutos para que la Asamblea proponga por votación a la persona que deba ocupar dicho cargo en propiedad.

Celebrada la votación y leídas las papeletas por la presidencia, dio el siguiente resultado: Sr. Collía 27 votos, Sr. Nicolau 1 voto, Sr. Blanco 2 votos, 30 votantes.

Resulta llamativo el hecho de que Manuel Collía Piqueres hubiera sido presidente de la Foguera Alfonso el Sabio, precisamente el ejercicio cuya representante fuera Angelita Ramírez, la Bellea del Foc destituida. Y en cuanto a este «Asunto Bellea del Foc 1935», como titula el Acta, añade más adelante:

La Comisión nombrada para entrevistarse con la Señorita Angelita Ramírez para aclarar si aquella atendió o no cuantos requerimientos se le hicieron para asistir a distintos actos, da cuenta por boca del delegado de Pascual Pérez de su gestión, manifestando que después de oídas las manifestaciones de la señorita Ramírez, no tuvo más remedio que concederle la rehabilitación después de estudiado el caso detenidamente, por existir algunas razones de índole privada.

El delegado de Chapí, expone que esta señorita ha sorprendido la buena fe de la Comisión y que no deben devolvérselos los títulos quitados. En igual sentido se producen los delegados de Villacampa, Campoamor, Pérez Galdós y Carmen.

Vuelve a insistir el representante de la Comisión, Sr. Ors, de que ellos cumplieron estrictamente el cargo que se les confió, extendiéndose en detalles y sosteniendo que sí debe de ostentar el título.

Después de unas manifestaciones de la presidencia, se llegó a la conclusión de aprobar lo hecho por la mentada comisión.

De todo ello se desprende que le fue devuelto el cetro de Bellea del Foc a Angelita Ramírez, y con este título ha pasado definitivamente a la historia de Les Fogueres de Sant Joan, aunque desaparecería totalmente de la misma durante muchos años, dado que todo parece indicar que, a consecuencia del estallido bélico de 1936 en España, marchó al exilio a México.


Breve y emotivo reencuentro con la Fiesta

Fue el añorado José Ángel Guirao Sánchez, recién aterrizado en la delegación artística de la Gestora presidida por Miguel Díaz Verdú, quien daría con Angelita, invitándole, junto al resto de Belleas del Foc de la historia, a la recepción del 15 de diciembre de 1984 en el Ayuntamiento, y posterior acto de homenaje en el Teatro Principal, con motivo de haber llegado a la Elección número cincuenta de la historia de Les Fogueres. No pudiendo venir en esas fechas, lo comunica por telegrama a la Comisión Gestora y anuncia que lo haría en breve, y Angelita Ramírez cumple con ello y pisa de nuevo suelo foguerer en junio de 1985, desplazándose expresamente desde México con su marido y sus hijos, y recibiendo su particular homenaje el domingo día 16, en el Auditorio de la Explanada, durante el acto de la Entrega de Recompensas, en el que recogió, de manos del alcalde José Luis Lassaletta Cano, la placa conmemorativa que no pudo recoger en diciembre y un ramo de flores. Lágrimas contenidas afloraron a los ojos de Angelita al escuchar los himnos de su fiesta y de su ciudad, a la finalización del acto en su homenaje.

La Bellea del Foc 1935, Angelita Ramírez, con su homónima de 1985, Marisa Negrete
y sus Damas de Honor (Diario La Verdad, 17 de junio de 1985. Foto: Ángel García. AMA)

La noticia del regreso de la ausente Bellea del Foc 1935 por primera vez, después de cincuenta años de ser elegida, fue recogida con grandes titulares en las páginas de la prensa del 17 de junio de 1985, consultada en la hemeroteca del Archivo Municipal de Alicante, tanto del Diario Información—«Homenaje de los alicantinos a la Bellea del Foc 1935»— como del Diario La Verdad—«Homenaje en la Explanada a la Bellea del Foc 1935»—, especialmente en este último, incluyendo una fotografía con su homónima de 1985, Marisa Negrete, y sus Damas de Honor, impresa con bastante mala calidad. Una lástima, por tanto que se trata de la última fotografía conocida de Angelita Ramírez.

A finales de 1999, la Comissió Gestora recién presidida por José Manuel Lledó Cortés, retomando el testigo de José Ángel Guirao convoca de nuevo a las Belleses del Foc de la historia a un acto integrado, como el anteriormente citado, en Fogueres en Nadal, que se celebraría el 20 de diciembre, pero Angelita no acudió. Sin embargo, su respuesta llegaría dos meses más tarde, por carta, y fue la siguiente:

Última noticia de Angelita Ramírez, publicada en la Revista Oficial Fogueres 2002
—el año de la fecha es erróneo, sería el 2000— (Archivo Armando Parodi)

Sin embargo, dos años después, no obtuvimos respuesta de la Bellea del Foc 1935, ni a través de la misiva enviada por la delegación de Bellezas a la dirección que nos remitió en la citada carta, ni a las numerosas llamadas que se le hicieron al número de teléfono igualmente contenido en la misma, de modo que la Revista Oficial Fogueres 2002 se nos quedó incompleta. Faltaba Angelita. Así, la doble página que habíamos reservado para ella quedó vacía, y lo expresamos de este modo en el texto que incluimos:

Lamentamos no haber sabido nada de Angelita Ramírez López, la Bellea que marchó a México. Y el caso es que teníamos sus señas completas, pero todos nuestros intentos de contactar con ella han sido infructuosos. Ni por teléfono ni por carta, ésta enviada con suficiente antelación para que no ocurriera lo que en anteriores ocasiones, hemos obtenido respuesta.

Angelita, si alguna vez este libro llega a tus manos, que sepas que lo hemos intentado, y que completamos esta página con la última noticia que tuvimos tuya, la carta que nos enviaste en febrero de 2000.

Un abrazo, allá donde estés.

Revista Oficial Fogueres 2002«70 Anys de Belleses: "Vivències"»
(Archivo Armando Parodi)

Como decía en la introducción del artículo, el tiempo y el azar han llenado ese hueco, y aquí queda compartido, para que jamás vuelva a quedar en el olvido, quién y cómo fue Angelita Ramírez López, Bellea del Foc 1935.

(Artículo publicado en el blog «La Foguera de Tabarca»)

LA REFORMA DE LA PLAZA DR BALMIS Y SUS LOCALES CON MUCHO FUTURO

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La reforma de la plaza del Doctor Balmis sigue adelante, se ha adjudicado la obra a Ecisa y el hecho es imparable. Y lo es porque el concejal Adrián Santos responsable del asunto, ha hecho caso omiso de la gran cantidad de personas que además de en las redes sociales y cartas al director de los periódicos y otras plataformas (ya se llevan recogidas 1.156 firmas en change.org para que no se toque la plaza) él sigue adelante, pasando de las opiniones ciudadanas, con la idea de cargarse la decoración "a lo Gaudí" que si bien es cierto es más falsa que Judas, es apreciada por la gente en general, entusiasma a los turistas (que se piensan que es auténtico y yo no les voy a contradecir), está en buen estado y además NO TENEMOS NI UN EURO por lo que no veo la necesidad de gastarse los 75.086 presupuestados (imprevistos y extras aparte, que alguno habrá).
El caso es que si miramos el artículo publicado esta mañana en el Diario La Verdad uno de los objetivos es "dejar el espacio casi diáfano y ubicar veladores". Así que ya tenemos unos grandes beneficiados con el asunto: los locales comerciales que se conviertan en bares y que podrán sacar las mesas que quepan en la nueva plaza, cosa que actualmente no pueden hacer porque un banco envuelve casi la totalidad del espacio central impidiendo el acceso directo a clientes y camareros. Lo que ya no sé es lo que opinarán los habitantes de las viviendas contiguas  que  además tienen mucha experiencia en sufrir las contingencias de grandes masas de gente y de la que lograron zafarse viviendo en un sitio con una tranquilidad envidiable... porque aquello estuvo de moda unos años como ahora lo está Castaños ¿os acordáis?


Un antiguo bar y un ex-pub que no tienen acceso directo al centro de la plaza.

Lo mismo le pasa a este local que hace esquina con la C/Virgen de los Desamparados.

La Casa Torrent tiene todas sus persianas bajadas desde hace años.


 El único negocio de hostelería que está abierto actualmente, un "restobar" 
que aunque  lo intentó, no pudo mantener sus mesas 
en el exiguo espacio central. Era complicado llegar.

Y para quitarle hierro al asunto y puesto que en los bares suelen tener tequila, nos vamos con Gelu y su "Después de 6 tequilas" donde nos narra lo mal que se puede pasar si se pasa de 3 a 6 tequilas ¡se puede legar a sufrir!

Artículo publicado conjuntamente con el blog 


ALICANTE Y EL GRAN MAESTRE DE MALTA

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El Gran Maestre don Ramón de Perellós y Rocafull.

 El 7 de febrero de 1697 la Orden de San Juan del Hospital de Malta escogió Gran Maestre a un español, don Ramón Rabaça de Perellós y Rocafull y de Dijar y Mercader. Alicante le rendiría cumplidas pleitesías posteriormente.

Su padre, don Ginés Rabaça de Perellós, era señor de Benetúser y barón de Dos Aguas, y procedía de encumbrados linajes del patriciado valenciano que con el tiempo adquirieron carta de nobleza. Doña María Rocafull, su madre, formaba parte del círculo de los Rocafull de Orihuela y su tierra. Los apellidos Dijar y Mercader, de linajes también encumbrados desde el siglo XIV, eran los de sus abuelas paterna y materna respectivamente.
En 1654, a corta edad, pasó las pruebas de nobleza para conseguir el título de caballero de la Orden, dentro de una cuidada estrategia familiar de promoción social. En 1671 ya era Comendador de Castellot, y pidió recomendación al virrey de Sicilia, a la condesa de Perelada y a la reina regente para que el Gran Maestre lo nombrara general de las galeras de Malta. Consiguió formar parte finalmente del consejo del Gran Maestre Adriano de Vignancourt, alcanzando la mayor dignidad de la Orden en 1697, que ejerció hasta su muerte en 1720, descollando su política poliorcética y artística en Malta, así como su cautela durante la Guerra de Sucesión y sus campañas contra el corsarismo musulmán.  
Alicante celebra su elección.
 
La atribulada y dinámica plaza alicantina, aún herida por el bombardeo de 1691, acogió con gozo el nombramiento de don Ramón, creyendo encontrar un valedor en el convulso teatro mediterráneo. Del 5 al 9 de julio de 1697 celebró unas lucidas fiestas de San Juan Bautista en su honor. La predicación del sermón de rigor, tan caro a la mentalidad barroca, corrió a cargo del canónigo de San Nicolás José Sala. El conocido deán Martí compuso poemas para tal ocasión, dedicados al valentino héroe.

 El programa de actos contempló a lo largo de aquellas jornadas el toque de campanas, la ubicación de un monumento perecedero en Santa María, villancicos, una procesión digna del Corpus, los fuegos de fusilería y artillería, una representación de moros y cristianos, y la lidia de toros de Sierra Morena.

 El esfuerzo mereció la pena para los coetáneos, inmersos en una sociedad de honor en la que las formas y las apariencias visualizaban las ideas de la jerarquía social. La concurrencia de nobles valencianos, castellanos e incluso franceses dio la medida del éxito, y quizá sirviera para limar ciertas asperezas una vez firmada la Paz de Ryswick (10 octubre de 1697) con Luis XIV, de gran interés en vísperas de la Guerra de Sucesión.

El simbolismo de las celebraciones.
El barroquismo de las celebraciones quizá aparezca intrincado y excesivo a nuestros ojos, pero sus imágenes alegóricas eran coherentes con las ideas de patronazgo, servicio honorable y consideración comunitaria.
           
 A don Ramón se le atribuyó una genealogía mítica que lo enlazaba ni más ni menos que con los reyes de Francia, Castilla, Navarra y Aragón. En las calles de Alicante los honores que se le rindieron, dignos de un monarca, se acompañaron del homenaje al rey de reyes sacramentado, el angular Cuerpo de Cristo del catolicismo trentino, ya que el Gran Maestre se convertiría en el atleta invicto de la esposa de Jesucristo, la Iglesia, desde cuyo presidio de Malta pelearía con denuedo para retornar Tierra Santa a la Cristiandad.
La mentalidad de Cruzada, todavía presente en los testamentos de fines del XVII, no se avenía del todo bien con las realidades de su tiempo. Los combates contra el corsarismo berberisco habían rebasado en importancia en el Mediterráneo Occidental y Central a la lucha directa con el Imperio Otomano, ya en declive y cada vez más considerado como una potencia más a reajustar por otras más briosas, como la Austria de los Habsburgo, Francia e Inglaterra. En 1649 los turcos otomanos, inquietos ante la hostilidad veneciana, ofrecieron a España una paz en la que se prometía la libre visita de los Santos Lugares por los cristianos y atajar las depredaciones corsarias. Los venecianos extendieron el rumor del matrimonio de una hija del sultán con don Juan José de Austria, dotándola con Argel y Túnez. La seguridad de Nápoles y Sicilia y el fomento del comercio hispánico podían haber ganado grandemente con ello, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto y todo discurrió por los cauces habituales. Los dispendios de la celebración en Orihuela del alzamiento del asedio turco de Viena (“feliz suceso para los Reinos de España”) merecieron la reprobación del Mestre Racional del Reino de Valencia el 10 de agosto de 1685.
 
 Los espectáculos de las celebraciones expresaron este mundo ideal. La quema de las arquitecturas perecederas en honor a San Juan Bautista, cuya procesión se celebró con la solemnidad del Corpus, constituyen uno de los primeros ejemplos documentados de nuestras populares Fogueres, pero con un espíritu muy distinto del actual, pues en lugar de anunciar a todas las gentes el inicio del verano y sus placeres se proclamaba el carácter trascendental del nuevo Gran Maestre, subyugador del infiel, siguiendo los pasos del Bautista que se postró ante la grandeza de Jesús.

El complemento indispensable vino dado por una representación de moros y cristianos cerca de la contemporánea Plaza del Mar. Allí se erigió una fortaleza de madera defendida por los cristianos, realidad bien cotidiana en el Alicante de fines del XVII. El desembarco de los turcos culminaba con su conquista matinal, seguida por la tarde de la reconquista cristiana, que no ahorraba la simulación de baterías de artillería, minas y asaltos como si de Viena, Buda o de una plaza norteafricana se tratara. La corrida de toros del día siguiente insistía en la idea de la victoria sobre la fiera de la infidelidad. No en vano la rendición de Granada se festejó en Orihuela corriendo toros, según Bellot.  

Las tiranteces con la Orden de Malta.

Los festejos no ocultan que no siempre las relaciones entre Alicante y la Orden de Malta estuvieron presididas por la cordialidad, pues en una plaza comercial como la nuestra los litigios y los encontronazos fueron moneda corriente.

La guerra contra las Provincias Unidas entre 1621 y 1648 ocasionaría más de un incidente, en especial cuando el Almirantazgo impulsado por el conde-duque de Olivares se mostró más contundente. En junio de 1629 una nao fue apresada en las cercanías de Malta por tres navíos del Almirantazgo. Su carga y su tripulación fueron conducidos a Alicante, convertido ocasionalmente en punto de operaciones de una guerra que perjudicaba los intereses comerciales de la Orden en el Mediterráneo.

Para defender sus intereses con mayor efectividad los sanjuanistas reclamaron un consulado en Alicante, petición sobre la que insistieron en 1667, algo muy recomendable dada la heterogénea composición de la sociedad maltesa y de la propia Orden.

En 1673 el baile sanjuanista de Lora se quejó del embargo en nuestro puerto de la mercancía de un vecino de Malta por ser transportada en una nave cuyo patrón era francés. Se mantuvo que la propiedad de la nave correspondía a un maltés, y en 1674 el virrey de Valencia se dirigió al gobernador de Alicante para que suavizara la situación dado el estado de hostilidad con los franceses.

En años sucesivos la tensión cedió en una atmósfera mezclada de astucias y claudicaciones españolas. Los holandeses, ahora aliados interesados, aseguraron la comunicación entre Malta y la Península. El 24 de febrero de 1678 el caballero de San Juan don Manuel de Cardona y el de Montesa don Francisco de Cardona obtuvieron plaza en la flota o caravana holandesa que se dirigía a Malta, junto a Liorna punto de contacto de primer orden con las aguas del Imperio Otomano.

El atractivo de la Orden.

 Los tiempos de la caballería andante, tan idealizados, eran un venerable recuerdo en el siglo XVII, cuando en los campos de batalla impusieron su ley las grandes formaciones de infantería provistas de armas de fuego, enfrentadas con frecuencia a sofisticados sistemas poliorcéticos. Los escuadrones de caballería potenciaron los efectos de aquella Revolución Militar, y la ética caballeresca tenía la virtud de prestigiar el alto mando militar nobiliario. Las obras de calidad diversa que glosaban o relataban los grandes hechos caballerescos de los linajes de un reino sirvieron a tal propósito. Las “Trovas” de mosén Jaime Febrer ensalzaron a los caballeros de Valencia en calidad de conquistadores del Reino. En las Españas coetáneas, al igual que en el resto de la Cristiandad, la condición caballeresca legitimaba una gran variedad de exenciones de gran utilidad ante los embates de una monarquía exigente de recursos y servicios. Los hábitos de una Orden Militar, aureolada por un pasado de guerra contra el infiel, disponían en consecuencia de un enorme atractivo.

Los caballeros alicantinos habían acostumbrado a ingresar en las filas de la valenciana Orden de Montesa a lo largo de los siglos XVI y XVII. Tal fue el caso de los Escorcia y Ladrón, Sanz, Rotlà y Canicia, Pascual, Mingot y Fernández de Vera. A fines del XVII la de San Juan aumentó sus caballeros de Alicante. En 1686 ingresó tras pasar las prescriptivas pruebas de nobleza don Cipriano Juan Canicia Pascual y Pascual, y en 1687 don Juan Bautista Pascual Robles Martínez de Fresneda y Riquelme, y su hermano don Vicente. Los Pascual acentuaron tales timbres de distinción aristocráticos coincidiendo con una época en la que el Gran Priorato de la Orden en Consuegra fuera ostentado por miembros de la realeza como don Juan José de Austria o el mismo Carlos II.

El Gran Maestre don Ramón condescendió por razones interesadas con estos tratos aristocráticos, y el 8 de junio de 1707 se prestó gustoso a satisfacer al duque de Gandía en la promoción de un varón incapaz de superar las pruebas de nobleza, contrariando a todas las lenguas o divisiones “nacionales” de la propia Orden. En este sistema elitista conseguiría entrar años después nuestro conocido Jorge Juan, hijo de los condes de Peñalba y sobrino del bailío (o baile) de Caspe don Cipriano Juan. Antes de su retorno a España en 1729 con dieciseis años fue paje del Gran Maestre en Malta y comendador de gracia de Aliaga.

 La Guerra de Sucesión y las posteriores campañas antimusulmanas.

 En los atribulados años de la Guerra de Sucesión Alicante no recibió ayudas particulares del celebrado Gran Maestre, pero tampoco encajó graves decepciones. Don Ramón supo mantenerse en la medida de lo posible al margen del conflicto que significaría el fin de la Italia hispánica de antaño, pese a declararse fiel a la persona de Felipe V. Sus vinculaciones familiares y personales con una nobleza valenciana, caso del citado duque de Gandía, con importantes seguidores de la causa borbónica ejercerían importante influencia en su ánimo. Su inclinación felipista se hizo más visible hacia la fase final de la guerra, cuando el trono del Borbón pareció más firme ante Carlos III de Austria. En 1711 la Orden de Malta ayudó a la flota comandada por el conde de Alcudia y el duque de Vendôme contra la Mallorca austracista, cuyo virrey era el inquieto marqués de Rafal.

 De todos modos el intento no tuvo éxito, y las energías militares de don Ramón en el remodelado Mediterráneo posterior a la Paz de Utrecht se canalizarían contra los pertinaces corsarios norteafricanos. En este ambiente ganó experiencia el joven Jorge Juan antes de ser guardiamarina, y don Ramón de Perellós y Rocafull justificó un tanto la fabulosa fama que le atribuyeron las enfáticas celebraciones alicantinas de 1697, que en cierta manera sirvieron de compás de espera al triunfo de la reconquista de Orán en 1732. 


VÍCTOR MANUEL
GALÁN TENDERO
Fotos: Alicante Vivo
Fuentes y bibliografía.

ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN, Consejo Supremo de Aragón, Legajos 0696, nº 064; 0770, nº 019; 0780, nº 035; y  0917, nº 037.
ARCHIVO DEL REINO DE VALENCIA, Libro de la Bailía de Orihuela-Alicante, 1684-1699, nº. 1335.
ARCHIVO MUNICIPAL DE ALICANTE, Cartas recibidas 1665-1704 (Armario 11, Libro 11) y Privilegios Reales de Felipe IV (Armario 1, Libro 20).
BELLOT, P., Anales de Orihuela, 2 vols. Edición de J. Torres Fontes, Murcia, 2001.
BRATUTTI, V., Embajada turca en España, Madrid, Biblioteca Nacional, Manuscrito 11.017.
FEBRER, J., Trovas de mossen Jaime Febrer que tratan de los conquistadores de Valencia. Edición de J. Mª. Bover de 1848 (copia facsímil de París-Valencia).
SALA, J., Sermón panegyrico, que las solemnes fiestas a San Juan Bautista, que se celebraron en la ciudad de Alicante, en hazimiento de gracias á Dios N. Señor por la...elección de gran Maestre de Malta en el... señor Don Ramón de Perellós y Rocafull.., Orihuela, 1698.
SÁNCHEZ DONCEL, G., Presencia de España en Orán  (1509-1792), Toledo, 1991.
SANZ, P. (ed.), Tiempo de cambios. Guerra, diplomacia y política internacional de la Monarquía Hispánica (1648-1700), Madrid, 2012.

YO NO VENGO A DESPEDIRME DE TÍ (A ENRIQUE CERDÁN TATO)

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No, yo no vengo a despedirme de nadie, mucho menos de ti. El que venga a decirte adiós, amigo, es que se marcha a algún sitio y durante un tiempo. 
Y si además viene apenado, huérfano y desolado es que no te conoce bien; debe pensar que eres de los que se van sin más. Le diremos que se equivoca.
  
No, yo no vengo a despedirme de ti ¿Por qué habría de hacerlo? Sólo se despide uno de quien se va a marchar, de quien no va a estar, y este no es tu caso. 

Con todo, la ciudad ha amanecido hoy como desprovista, desorientada, sin agarraderas, inmune a la esperanza, huérfana, como menos Alicante que nunca; como si la piqueta de Ferreshubiera de un tajo dejado a la vista sus huesos y por la herida abierta sangráramos todos los que nos ganamos la palabra y el título de ser de aquí. 

Nada ha cambiado de ayer a hoy a pesar de que en este tiempo hemos librado la batalla contra ese enemigo invisible que se pertrecha y levanta sus empalizadas precisamente ahí, en tu garganta, pero, con todo, no consigue acallar tu voz ni un ápice; contra este enemigo que arrasa tu cuerpo y que planta sus pendones de desesperanza en los territorios de tus entrañas, guerreamos ya desde hace un tiempo. ¡Malditos seáis! 

Tendido en la cama, con pocas fuerzas ya y sin poder hablar, me escribías con trazo tembloroso en aquella libreta tuya, algo casi ilegible pero, eso sí, volvías sobre la palabra escrita para acentuarla correctamente. Luego nos cogimos de la mano y esperamos, esperamos un buen rato hasta que he súbitamente de mis pies crecieron raíces que me fijan a ti, y me dejo llevar. Y aquí sigo, fijado, mirando subrepticiamente cómo acentúas las palabras. 

Por otro lado, ¿Sabes? Al acecho andan ésos, los de siempre, agazapados, avergonzados de su desnudez, malformes y ciegos, con las garras clavadas en los muslos de su víctima obscenamente desgarrados, violados, babeando asombrados porque tu voz, ahora, suena clara como de todas nuestras gargantas y el eco que las piedras le procuran la convierten en razón de razones, en manifiesto y en azogue de sinvergüenzas, de vándalos y sus ediles. 

Por cierto, ¿Te acuerdas de cuando le llamamos “fascista” al Trampas en el mismísimo salón de plenos porque se empecinó en no dejarnos intervenir? ¡Fascista!, eso sí, atendiendo a la tercera acepción que del término aplica el diccionario de la RAE. y que le venía al Trampas como un traje a Camps. Al orondo alcalde le decían el Trampas por su forma peculiarmente sucia de jugar al póker ¿Recuerdas? Ha sido así toda la vida.  

Ése y el día en el que nos encontramos con Salinas en Sevilla, o aquel otro en el que bajo la lluvia de marzo –Fa fret, decía Gibson- rendimos homenaje a Dickson y al Stanbrook en el puerto de Alicante han sido, quizás, los momentos más emocionantes que hemos vivido juntos, aunque, ahora que lo pienso, han sido tantos que me niego a licuarlos en tan poca cosa. 

Mis puños abrirán un agujero en la luz para que puedas ver acabado todo lo que no terminamos a tiempo por culpa de los de siempre. Lo que tu no has visto, amigo, lo verás a través de cientos de ojos y después, para celebrarlo, tomaremos café en el saloncito que siempre tenemos dispuesto bajo los pinos centenarios de tu casa en la playa o bajo los puentes del Sena, o rallando el cristal del Titicaca, o en las cumbres del Masnou, o sobre las arenas palestinas, o en los pozos de esperanza de los saharauis. Allá donde sea, plantaremos nuestra jaima y alrededor de nuestra mesita y nuestras tazas dejaremos que nos embriague la conversación y las verdades bajo la luz cenital tan adecuada, como sabes, para la caza de las ballenas.
   
Dime ¿Qué tiene esta jodida tierra? ¿Qué antiguos conjuros de enanos, alquimistas y viejas desdentadas te esclavizan al noray de aquí? ¿Qué te hace siempre desear volver? Estas tierras que se aprestan a la infidelidad, a la mancebía, a la manipulación arcillosa del dios pagano del pecunio y la bragueta. ¿Qué tiene esta jodida tierra que tanto la amamos? “Alicante, cómo te nos metes toda de golpe, en nuestras venas 

Leo de nuevo tus libros y en cada uno de ellos, en cada uno de los Alted, los Saña,los Bardas, los De la Gorce, y todos los demás, te he encontrado tan joven, tan luchador, tan vital y honesto como siempre, tan Enrique Cerdan Tato como siempre. Y en esta relectura caigo en la cuenta de que los Alted, uno detrás del otro, admiradores y observadores de tradiciones e historias, van a seguir rondado por esas tierras dentro y fuera de tus páginas, lo quieras o no. Tú los creas y ellos se emancipan, se multiplican y se hacen eternos. 

¿Ves? No vengo a despedirme de ti porque no quiero y porque, además,  no puedo; y si alguien lo hiciera que le sea desvelado que no es la despedida lo que hiere mortalmente; lo que realmente te lacera la existencia, lo que realmente te arranca el hálito indefectiblemente es la ausencia y en este caso tuyo, no ha lugar a ella. 

Posiblemente, ni tu lo recordarás, lo primero que escribiste fueron aquellas novelas maniqueas de vaqueros, Quién sabe si tenías once ó doce, ¿Recuerdas? En un lado los buenos, en el otro los malos y cuando acabe la novela no queda nadie en pie, como  en “Mi primera piedra” pero eso fue ,seguro , antes de que tus alumnos de la Escuela de Comercio te llamaran el “profesor alpinista” por haber escrito “En la cima”. ¡Qué ocurrencias! Luego vinieron los ripios a duro (“Compre un reloj Espinosa y no piense en otra cosa”) y los artículos en “Primera Página”. ¡Ah! Y cómo olvidarnos del barman que te avisó de que en su terraza había un inglés famoso que resultó ser el señor Ernesto Hemingway con su reciente Pullitzer sobre algún estante, junto a algún retrato de leones abatidos. Me lo imagino gigante y blanco repantingado sobre la silla de madera pintada de azul en la Explanada y diciéndote con esa voz de caverna que deben tener los viejos cazadores de tiburones gigantes “¿Ha probado usted este Whisky?” –a esa edad tuya era normal tal pregunta- Pues no va a encontrar mejor ocasión que ésta. Siéntese y pregunte, joven.- Pero tú, amigo Enrique, ¿Cuántas vidas has podido vivir ?  

Luego vinieron  La primera piedra” y los premios, y la política y sus desavenencias, y “El paseante” y la Político Social y los cuartelillos y aquel Guardia Civil poeta que te llamaba de usted y que te usó de crítico-oidor, ¡Cielos qué condena! Y luego “El lugar más lejano”, “Sombras nada más”, “Un agujero en la luz”, “Todos los enanos del mundo” y “La lucha por la democracia en la provincia de Alicante” y Ovidi –qué recuerdos- y Joan Manuel, y Victor y Ana, y Moustaki, y Cela, y Buero y su retrato de Miguel en su escondrijo bajo los manteles almidonados de un buen hombre, y Alberti, y Yasir Arafat –y aquel belencito hecho a mano en madera de olivo que te regaló y que tu colocabas, cada navidad, sobre la tele para que los nietos lo vieran- y “La historia de Alicante contada a los chicos”, y las conferencias, y tus Gateras por donde nos escapábamos todos de la plúmbea realidad de los días, ¡Que levante la mano aquel que le pidió algo a Enrique y éste se negó! Nadie.  

Dime ¿Cuántos artículos habrás escrito para los llibrets de hogueras? Cien o cien mil, qué más da. Enrique no sabe decir que no. No se puede negar a nadie. Mari Luz dice que si hubieras sido mujer, lo tuyo sería de aliviadero gratis, de manceba veinticuatro horas, de mancebía non-stop que dirían los modernos. 

La primera vez que penetré en tu santuario me pareció atravesar aquella montaña del Himalaya que te llevaba de la ventisca y los riscos nevados al esplendor de la eterna primavera en Shangri-La. Y allí, adentro, esperé por un momento encontrarme a Gregor Samsa, disfrazado de hombre, rondando por la Mala Strana haciendo de cicerone para un Marlowe algo despistado, todo por encontrar a la Loren de Arroz Amargo y, sin embargo, de entre un libro y otro los pececillos plateados anunciaban despavoridos la llegada del obispo ignorante todavía de que se le había declarado “La batalla de las tetas”, contando algún misterio sacro a Sigfrido De la Gorce y al alquimista al que todos llaman Bardas, mientras, en la bahía del Baver más de setecientas naves se aprovisionaban de agua de la Fuensanta preparando el asedio de Orán.  

Sentado a tu ordenador dirigías como Mehta la Filarmónica de Viena el concierto para personajes y tecnología en Mi Mayor cuando los solistas al presto se obstinaban en rebelarse –esto con la pluma y el papel no pasaba- . 
 
¿Una milhoja? Son de Dalúa
Nos pierde el dulce
 
¿Qué tal si acabamos el café de hoy al son de “Take the ‘A’ train” del Duke? Mañana, si quieres, nos vemos el último concierto de Año Nuevo y, si acaso, nos perdemos entre los amores de Kafka y Felice Bauer; por proponer algo, total, tenemos todo el tiempo del mundo para ello. 

El cronista nunca acaba su trabajo ¿Verdad? Le joda a quien le joda. En cualquier caso hoy en día y tal y como se remueve el fango, escribir una crónica de Alicante fiel y honrada sí es, amigo Enrique, escribir una verdadera “Antología de la aberración”.

Hablamos mañana.

                                        DANIEL MOYA 

Bofill en Calpe, visto por dos neófitos. Primera Parte: Xanadú, Atrium y Club Social

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Debo reconocer que no me lo esperaba. Y, para ser sincero, yo ya había estado allí. Hace muchos, muchos años. De modo que debía saber qué es lo que me iba a encontrar. Además, no hacía mucho que mi amigo Rubén Bodewig (quién me recomendó, por cierto, la visita) había publicado unas fotos magníficas de La Muralla Roja...Y para colmo, Bofill no es de mis arquitectos preferidos.

Aún así. No me lo esperaba. De mis experiencias -entre místicas e infantiles- en La Muralla Roja, hablaré en su momento. O en varios momentos, porque me temo que me llevará más de una entrada sólo ese edificio. Ese, La Muralla Roja, era en realidad mi objetivo. Y bajar, si tenía tiempo, a lo que en su momento fue el Club Social que Bofill diseñó para estos edificios.

Así que...¿De qué estamos hablando? ¿Qué es La Manzanera?

Cuando te desvías desde la carretera nacional hacia Calpe, y tuerces a la derecha y te encuentras -ya- un cartel que indica la dirección hacia los "edificios de Ricardo Bofill", te das cuenta de que en Calpe, esta zona tiene su importancia. Entonces, siguiendo las indicaciones, te vas adentrando en un entorno, aunque relativamente habitado, también con una apariencia de agreste y solitario. Tras unos giros de la carretera, y casi de sopetón te encuentras los dos edificios más llamativos del enclave, ambos de Ricardo Bofill: Xanadú a la izquierda y La Muralla Roja a la derecha.

Imagen: Google,maps / Street View

Aún en ese momento, al margen de que me gustaran más o menos los edificios, no fui consciente de que estaba a punto de entrar en un micromundo ajeno por completo al resto, pero perfectamente integrado en el magnífico y bellísimo entorno de la Cala Manzanera; de separarme en el tiempo y en el espacio para entrar en una especie de no lugar en el no tiempo. Algo atemporal. Algo que no se describe, pero sí se nota. Mejor, algo que -poco a poco- se va notando. Incluso días, semanas, después.

No quiero extenderme demasiado. Se, porque no tengo la suficiente destreza, que no podré transmitir las sensaciones que me produjo la visita. Espero, al menos, que os mueva la curiosidad, y vayáis, y sintáis algo parecido.

En esta entrada podréis ver las fotos que le hice al Xanadú, casi de pasada entre La Muralla Roja y el Club Social. A continuación, fotos del propio Club Social en el estado -lamentable- en que se encuentra. Parece que el ayuntamiento de Calp quiere restaurarlo y hacer algo interesante con él. Ojalá.

Además, y por gentileza de mi amigo, y excelente fotógrafo, Nacho Sendón, podéis disfrutar de unas estupendas fotos de Atrium, la tercera obra en discordia de Bofill en La Manzanera, a la cual no tuvimos ocasión de hacerle demasiado caso, y una foto más de Xanadú.

Para terminar, el título no es caprichoso en absoluto. Esta visita la hice acompañado de mi hermano, Ramón Escolano. Los dos somos neófitos en materia arquitectónica,  y dado que su punto de vista difiere bastante del mío, al tiempo que es un magnífico escritor, os ofrezco su opinión tras las imágenes.

Seguro que os sorprenderá

El entorno, desde el Club Social

































-"Te ¿vienes a Calpe una tarde? – Mi hermano
-¿A qué? -Yo
-Voy a hacer unas fotos de unas casas. Así echamos la tarde y luego nos tomamos una cerveza.”             

Y claro, yo nunca digo que no a una cerveza y menos si sospecho que voy a ser invitado. Así pues con esa premisa (y promesa) me embarqué. Llamadme facilón.

Allá que nos fuimos, con un Yaris como navío y a los acordes de Highway to Hell (entre otras varias). Al pasar por Benidorm vimos, desde la autopista, un edificio muy chulo de cuyo nombre no me acuerdo, pero que al parecer va a ser de los más altos cuando esté acabado.

Reconozco que desde que la salida “Calpe” de la autopista hasta que llegamos al que era nuestro destino (la cala Manzanera) se me hizo largo. Y eso que está bien indicado y ni nos perdimos ni nada (cosa que nos siempre podemos decir mi hermano y yo cuando vamos a hacer fotos…, pero esa es otra historia). Como digo está bien indicado con sucesivas flechitas con el letrerito de “Edificios Bofill”. Se ve que la cosa es importante y el payo también.

Y allá que llegamos. Y allí estaban. Los edificios. Cosa obvia, ya que están allí desde finales de los 60-principios de los 70. Vaya fiasco habría sido de no estar. Pero estaban. Según tengo dicho, hoy tengo que hablar de lo que me parecieron por fuera y de la cala y el recinto social de dichos edificios. Y llevo un buen rato hablando, pero rato… Hasta que me he dado cuenta de que quizá, y sólo quizá, mi hermano se refería a que lo escribiera. Tardo, pero al final voy al sitio…

Bien. Los edificios, por fuera bien. Me gustó más el rojo, La Muralla Roja -nada que ver con la Muralla China, que también es “Roja”, pero pilla más a desmano-, que el verde (Xanadú…, creo que hicieron una peli, pero no me hagáis mucho caso). Ya hablaré otro día del rojo por dentro y como le puede cambiar a uno la opinión. El verde sólo lo vimos por fuera y, bueno, además de ser de un verde feo (seguro que las damas que lean esto tendrán una variante más exacta de la tonalidad, para mí: verde feo), parecía estar hecho a retales. Como si le hubiera dado un Exin Castillos y una botella de Bourbon a un niño y él hubiera reflejado el resultado (igual lo hizo, viendo como despuntó luego el hijo…)

Para finalizar la tarde bajamos hasta el club social, junto a la susodicha Cala. Bien. Partamos de que yo soy muy gallina. Pero muy. Pero de susto más que fácil. Dicho esto, lo que queda ahora del club social tiene más pinta de lugar de reunión para hacer sacrificios de vírgenes a Satán (llámale Satán, llámale cualquier otro bicho al que se le hagan sacrificios), que de un lugar de ocio y diversión… Aunque bien mirado, los de los sacrificios también se lo pasarán bien (no tanto los sacrificados).

Dicho todo esto (y después escrito) la tarde se puede resumir de una manera: la cerveza quedó en promesa. ¿Lo pasé bien? Sí. Pero, ¿y mi cerveza? Que ya se sabe que cerveza que se pierde ya no vuelve.

Ramón Escolano

Artículo publicado conjuntamente con el blog Vuelve a Mirarlo



LA LUZ LLEGÓ A TABARCA EN NOCHEBUENA

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El día de Nochebuena de 2013 se cumplen 50 años de la llegada de la luz eléctrica a Nueva Tabarca, pues el 24 de diciembre de 1963 se puso en funcionamiento el primer grupo electrógeno de la isla. El acontecimiento, tan importante para la población y tan deseado por los isleños, unido a la especial fecha en que se hizo realidad, fue motivo de que la prensa, en especial el Diario La Verdad, en las páginas 15 y 16 de la sección de Alicante del día 5 de enero de 1964, hiciera amplio eco de la noticia, dedicándole el citado diario un extenso artículo, de la mano del periodista José Luis Blanco Zamora, así como unas páginas en su suplemento dominical, con un considerable reportaje gráfico de Ángel García Nieto, logrando entre ambos una magnífica y completa semblanza de la isla, de las alegrías y tristezas de sus habitantes, de sus deseos e ilusiones, haciéndonos vivir una entrañable Nochebuena en Nueva Tabarca.

Ambos artículos quedan transcritos a continuación, texto y fotografías, con algún que otro comentario que intercalo [entre corchetes], y unas anotaciones finales de la posterior evolución de la electrificación de la isla. El ejemplar del Diario La Verdad consultado y reproducido, consta en la amplia hemeroteca del Archivo Municipal de Alicante.

* * *


El periodista había pensado una y otra vez que las Nochebuenas se debían pasar en casa. Era algo que había oído tantas veces de pequeño que había llegado a defenderlo casi como un pequeño dogma. Sin embargo, por esta vez las convicciones se quedarían sin poderlas llevar a la práctica. Porque, al fin y al cabo una noche buena se pasa en cualquier parte, con más razón si es la Nochebuena. Y en la misma bocana de la imaginación quedó varado el lugar exacto donde mis huesos del norte irían a pasar la Nochebuena: en Tabarca; una isla tranquila, una especie de pequeño imperio romano donde la paz se dormiría con monótono arrullo de olas y donde uno podría moverse como una figura más de un belén original, un belén que estaría rodeado de agua por todas partes, sin lagos y sin majadas, pero con cura y guardias civiles.

Tabarca: una tentación luminosa

Desde Santa Pola se ve la isla. Es una tentación luminosa que invita a echarse a nado para ganarla en un santiamén y dejarse de embarques en botes o gasolineras. Sin embargo, las autoridades marineras, debido a su profesión y a desengaños dolorosos, han perdido bastante fe en las aparentes tranquilidades de la mar y ordenaron que embarcáramos en un bote de motor cuyo patrón no conservaba de las grandes virtudes del mar nada más que su destreza en el oficio. Pero de esto vale más no hablar. A nuestro bote subieron un matrimonio joven, una señora mayor y un viejo que deshilaba el valenciano a través de sus diezmados y destruidos dientes. En popa iba sentado un pescador aparentemente joven —¡qué difícil es saber la edad de estos hombres de la mar!— que venía a pasar las Navidades con la familia desde Canarias, donde estaba embarcado con la pesca de la gamba. Todos llevaban consigo las provisiones compradas en Santa Pola para estas fiestas. Emprendimos, pues, la marcha. En el muelle quedaban dos pequeñas embarcaciones más que habían de cargarse con más avituallamiento, porque durante estas fiestas, nadie se mueve de la isla. Garrafas de vino, carnes, pescados y huevos, servirían, dentro de unas horas, como pitanza navideña.

A las pocas millas ya se observan los detalles de Tabarca. Quien la bautizara merece los mayores respetos por nuestra parte, porque el nombre no puede ser ni más marinero, ni más bonito, ni más exacto. La isla es o una gran barca o muchas barcas apiñadas junto a otra mayor, quizá una barcaza —la iglesia— que ofrecen un perfecto trazado geométrico de rectas. Claro, que la isla tiene tantos modos de verla... En un viejo mapa marítimo de la Ayudantía de Marina de Santa Pola la vimos como una gran tortuga con el cuello y rabo estirados y espatarrada nadando hacia la costa levantina. Salvador Rueda la vio como una guitarra. Pero no hay que apresurarse porque sobre el poeta y la isla hablaremos más adelante.

Barca vetusta del Moncho 

En mi cabeza bullía una intranquilidad; una especie como de recuerdo olvidado que trataba de emerger y sacar la cabeza en cuanto un impulso feliz, como un milagro, le abriese las vidriosas aguas de la imprecisión. Al fin surgió y fue en forma de unos versos que, de niño, el padre nos hizo aprender cuando él era más joven, y estaba menos cansado y tenía más ocios en la vida. Del poeta no me acuerdo [se trata igualmente de Salvador Rueda], de los versos creo que sí:

Barca vetusta del Moncho
que vas de Pola a Tabarca.
¡Cuántos crujidos de guerra
dieron sobre el mar tus tablas!

Estos versos vivían dentro de mí sin interés ni relieve alguno. Nunca los entendí cuando los estaba aprendiendo de muy niño. Fue el día de Nochebuena cuando el bote, la vieja barca del Moncho, tenía una explicación. Yo había entrado en el viejo mundo del Moncho, del viejo Moncho, el barquero ordinario de la isla, que la conquistaba y la dejaba diariamente como un don Juan, sin petulancias y almadrabero por línea directa de familia. Don Pascual Russo [lo correcto es Ruso], viejo capitán de almadraba, ágil y esbelto de figura y con un rostro inteligente y distinguido identificaría más tarde al Moncho cuando le dijera estos versos. He aquí un personaje, el Moncho, que ha entrado y tiene su lugar en la historia; en la grande o en la pequeña historia —¿qué más da?— de Tabarca.

A media mañana puse los pies en el muelle de la isla y caminé cuesta arriba, en medio de pequeños barcos, hacia el pueblo. Las calles se abren al mar en todas direcciones; en una de ellas me encuentro al cura armado con la caña de pescar y un bote de carnada. Después del saludo y de estrecharnos la mano, me enteré de que no era el cura, sino un hermano de él, seminarista, que estaba pasando las vacaciones navideñas en su compañía. Murallas y viejos arcos de tiempos de Carlos III imponen su autoridad real al mar. No le asustan estos gestos al Mediterráneo que siempre ha vivido muy democráticamente con los reyes. ¡De algo le han de servir sus largas experiencias!


La Guardia Civil disfruta de paz

El próximo saludo es con la Guardia Civil. Un cabo primero, con gafas y con pipa, me acoge con una sonrisa abierta debajo de un bigote perfilado y empezamos a charlar sobre la isla. Más tarde pude comprobar que las conversaciones sobre Tabarca, si se hacen sobre el pasado, carecen de importancia para las gentes. Todo lo más que sale a relucir es Carlos III con sus bondades sociales de traer a la isla italianos. No hay que olvidar que en Sierra Morena levantó una colonia, La Carolina, con gentes de la Europa nórdica y que gozaron da los mismos privilegios de exención de impuestos que en la actualidad disfruta Tabarca. En Tabarca quedan muchos Chacopino, Russo, Manzanaro...

Si se intenta hablar sobre el presente de la isla, se saca en conclusión que todos sus habitantes la llevan dentro; la quieren como a uno más de la familia, pero los comentarios sobre su vida son un poco dolorosos.
—Mire Vd. —me decía un viejo entornando los ojos como si el reverbero marino le estuviera dando de continuo— aquí ve muchos hombres, sólo por estas épocas del año. Dentro de unos días vuelven a la mar y aquí se quedan unos cuantos jóvenes, todos los viejos, las mujeres y los niños.

¡Ah!, pero no habléis del futuro. Aunque no es necesario sacar el tema porque ellos se encargan de hacerlo. Los tabarqueños [lo correcto es tabarquinos] esperan muchas cosas. Tienen fe en su isla. Parece como si fuera un hijo bien dotado que sólo le hace falta que alguien se interese en cogerlo de la mano y ocuparlo. Esperan noticias; todas las informaciones son pocas para estos hombres, a quienes les duele, y mucho, el que los hijos de Tabarca, hermanos, tíos, primos, parientes lejanos —porque en la isla todos son parientes—, tengan que abandonarla porque la mar es cicatera y cobra con creces los regalos que hace. Les duele que Tabarca tenga emigrantes cuando hay tantas "posibilidades turísticas" que están ahí, sobre un terreno volcánico [el origen de la isla no es volcánico, sino básicamente arrecifal] y a lomos de unas aguas calientes y apacibles rizadas de brisas.

El silencio reside en Tabarca

La tarde es propicia para comentarios. Delante de la puerta del Pósito de pescadores, éstos, tumbados de costado o sentados cara a la mar, comentan suavemente —hablar alto en el pueblo ofende al silencio que como una gran vela marina se extiende sobre todo— los mil incidentes que cada uno haya protagonizado. Yo, en diálogo con don Pascual, el viejo capitán de almadraberos, con el alcalde y practicante al mismo tiempo de la isla —un hombre jovial, optimista y activo— me voy enterando de unas cuantas cosas.

—La isla —me dice el alcalde— tiene unos dos kilómetros de largo por uno de ancho. Los problemas actuales principales, son: deficiencias en los servicios higiénicos por falta de agua, y sobre todo, carencia de luz. Este último problema lo hemos solucionado con la instalación de un grupo electrógeno —motor de quince kilowatios— que surte de luz al pueblo. Precisamente esta noche se inaugurará. Todos abrigamos unas grandes esperanzas de que Tabarca llegue a ser un centro turístico importante que redima a la isla de todos los problemas que la abruman. Sabemos que una empresa, UTISA (Unión Turística Insular, S. A.), ha comprado unos 180.000 metros cuadrados. Esto quizá sea la solución de esta isla que tantas posibilidades tiene para el turismo.

Fue emocionante el momento en que el motor del grupo electrógeno se puso en acción. Cien casas se iluminaron y otras tantas familias —son 280 los habitantes actuales de la isla— lanzaron gritos de entusiasmo ante el acontecimiento. Tabarca se iluminó y los que estábamos dentro, recogiendo en la calle la repercusión del acontecimiento, nos daba la impresión de que íbamos a bordo de un gran barco iluminado en el que se celebraba una gran fiesta. Colaboraba a crear esta impresión el traqueteo incesante del motor que alimentaba de energía las bombillas. Tabarca, así la vimos la Nochebuena de 1963, comenzaba a navegar con esta inauguración oficial-local con el mejor de los aires: con el del optimismo y el de las realizaciones.

—Sabemos que el señor gobernador actual [en esas fechas era Felipe Arche Hermosa] —sigue el alcalde—, está muy interesado en ayudarnos y en montar algo grandioso en Tabarca. Estamos convencidos de que poco a poco surgirá una nueva Tabarca desconocida y todos encontraremos solución a los mil problemas actuales.

La isla de la esperanza

En la isla no se sabe si este caparazón de tortuga quieta es zona militar o civil. A estas gentes sencillas, niños grandes, prestas al saludo y a sonreír con la más ancha de las sonrisas, que se santiguan antes de echar la red al agua y que al sacarla se lo agradecen a Dios con estas palabras: "Sarsia calá, a Deu siga encomaná" [Red calada, a Dios sea encomendada], no les preocupan estas zarandajas. Ellos lo que quieren es que sus parientes y amigos no salgan de Tabarca y que la isla, la pequeña isla, recoja en sus murallas a todos; les dé de comer y no tengan que vivir de continuo con las inquietudes y temores del hijo, el hermano o el esposo que salieron —"Va ya para tres meses y no ha vuelto ni siquiera para esta Nochebuena"—. Hasta muy tarde han estado muchas madres y hermanos, alguna novia también, esperando el regreso de uno de estos pescadores.

He asistido a uno de estos recibimientos. El hijo sonriente, espigado, camina hacia el pueblo, junto a la madre, viene de las costas de Agadir. Los saludos le siguieron a lo largo de las calles y al pasar junto a la Virgen, debajo del arco, se santigua, como todos los tabarqueños lo hacen. La familia, los amigos y parientes salieron a relucir en los diálogos entrecortados y en telegrama, iban comunicándose las primeras noticias sobre todos. Durante todos estos días han estado llegando marineros a Tabarca. Algunos, sin embargo, pasarán estas festividades navideñas enviando S. O. S. sentimentales con el recuerdo, a la casa paterna y a los amigos que en esta noche saldrán por las calles silenciosas de Tabarca asustando a los gatos y perros de la vecindad.

El cura nuevo, don Francisco, ha llegado a última hora a la isla. Viene de Alicante donde no le han podido entregar las cestas navideñas que estaban destinadas para Tabarca. En Santa Pola las esperó hasta última hora y no llegaron; menos mal que algunas familias distribuyeron sus provisiones a los que las esperaban con impaciencia, ya que no tenían preparado nada para la fiesta familiar. Don Francisco es un cura joven, con una sonrisa intemporal, de ademanes suaves, pero que a la hora de la verdad —en Tabarca es la tormenta— se remanga la sotana y tira de los chicotes [en términos marinos, es el nombre que recibe el extremo de un cabo de cuerda], por el barco, como los buenos.

En casa del cura terminamos de cenar a las nueve. Tres horas antes de comenzar la "misa de gallo". ¡Qué buena estaba la sopa, señor Roque! El señor Roque es el padre del cura nuevo, de don Francisco, y cocina de maravilla. En la sobremesa, compartida en diversos sitios, porque más que sobremesa fue una ronda por las casas vecinas, se habló de muchas cosas. Algunas tan entretenidas como los comentarios sobre Pepe.

Pepe, el "otro cura" de Tabarca

Que ¿quién es Pepe? Él dice que es cura de Tabarca. É1 se llama don José de Tabarca. Su madre, su bendita madre, le ha tenido que hacer una sotana igual que la de don Francisco. Un sacerdote anterior le regaló un breviario y su iglesia particular está muy cerca de la iglesia del pueblo; es una pequeña cueva en el interior del hueco de las murallas. Él se ha encargado de ponerle una puerta y de montar el altar. Una pequeña hornacina, a la entrada, encierra una esquila [campana pequeña con la que se convoca a eventos de la comunidad como reuniones o procesiones] que Pepe, perdón, don José de Tabarca, toca, llamando a sus fieles a las mismas horas que el señor cura. Tiene su altar y su nacimiento. Reza por el pueblo y por los pescadores de alta mar y a la letanía que él lee en el breviario —es analfabeto, pero esto no importa para que él recite su letanía— incluye junto a la invocación "Casa de Oro", las de casa del cura nuevo, casa de la tía Nicolasa y otras invocaciones más, y uno piense que el Dios bueno oirá las súplicas de un alma, que encerrada en una psicología rota, ha polarizado sus "manías" en pedir que los hombres sean buenos.

Tabarca: aquí también nació Dios, perdido en la soledad del mar; el periodista vino a verlo y a vivirlo

La Nochebuena en la isla

La gente espera el último toque para acudir a la "misa de gallo". Mientras tanto los mozos y mozas de Tabarca se han reunido, cada grupo por separado, para celebrar la cena de Nochebuena. Las chicas llenan la isla con panderos y villancicos mientras saltan y bailan. Hay huevos y pollo en el menú. Los chicos, más silenciosos, están alrededor de un gran plato de morena pescada por ellos, que un viejo cocinero de barco ha preparado a conciencia. De lo exquisito del plato podemos dar fe ya que con el bichero de los dedos ensartamos un hermoso trozo bien acompañado con su concienzudo trago de vino. Parece como si el periodista hubiera estado viviendo siempre con ellos. Tabarca, lo repetimos, es un inmenso hogar abierto a todos.

Entre los comentarios y risas salta el recuerdo para los que no han llegado. Bueno, otro año será.

La Guardia Civil, al frente de su cabo, llega bien abrigaba y torea a la brisa, que ha refrescado un mucho, con el largo capote verde claro. La campana de la iglesia —sirena de este barco amarrado al muelle de los acantilados y murallas— llama a los isleños a la misa. Viejas y viejos, jóvenes y chiquillos, van llegando poco a poco para celebrar el gran misterio cristiano: el Nacimiento de Dios. Los ramos de las palmeras se agitan a la puerta dándoles una especie de bienvenida.

Las chicas se encargan del coro y la misa resulta armonizada. La iglesia —robusta construcción con trazas de fortaleza— se llena de voces que reciben como contrapunto el rítmico compás del mar, que rompe contra los muros cercanos. En silencio y recogimiento se van acercando a adorar al Niño, los hombres primero, luego las mujeres y van saliendo con prisas para encerrarse en las casas. Es muy tarde ya para estos tabarqueños acostumbrados a irse a la cama cuando comienza a rizarse la luna sobre el agua marina.

Todavía nos damos una vuelta por el pueblo. El alcalde ha dado órdenes de que se pare el motor de la luz y al poco rato el pueblo se queda a oscuras y en completo silencio. Solamente las linternas de los guardias horadan la oscuridad en su ronda permanente y al rayar el día se irán para la vieja fortaleza de tiempos de Carlos III, que se ha convertido ahora en cuartel [se refiere a la Torre de San José, entonces destinado a cuartel de la benemérita]. Tabarca duerme después de este desacostumbrado ajetreo que la habrá sorprendido un tanto.

El poeta Salvador Rueda vivió en la isla y la cantó

El sol iba ya alto cuando sacamos el agua del aljibe para lavarnos. El agua de Tabarca es fina agua de lluvias que los isleños recogen cuidadosamente en aljibes llenos de años y de ecos [el agua corriente no había llegado todavía, y era una de las principales carencias de la isla].

Desde la Cantera, hacía el sur, popa de este gran trasatlántico que es Tabarca, nos trasladamos, bordeando la lengua de mar, hasta el cabo Falcón, en el otro extremo. Aquí está el cementerio: pequeñas cruces de madera clavadas en el suelo, y alguna lápida, señalan las sepulturas. Las paredes en mal estado —están tratando de repararlas— se abren al mar. Nos ha parecido estupendo que los pescadores puedan seguir teniendo vistas al mar aun después de este último trance. La espuma de la mar es la mejor mortaja para estos hombres marineros.
Es cierto, desde luego, que son contados en el año los muertos tabarqueños. Vienen a morir dos o tres octogenarios y nacen de cuatro a seis en el mismo período de tiempo. Antes de llegar al pueblo, donde un grupo de mujeres va por las puertas cantando y pidiendo limosna para celebrar misas en sufragio de las almas, pasamos delante del solar de la casa que construyó con sus propias manos y habitó el poeta Salvador Rueda. Está en un saliente en la parte media de la isla, entre el pueblo y los yermos terrenos que una sociedad anónima ha comprado en vistas de montar un gran complejo turístico. El poeta vivió mucho tiempo en la isla cuando los botes no llevaban motor y los viajes a Santa Pola había que hacerlos a remo. El mismo tenía su bote y él lo gobernaba.

Todavía la gente mayor lo recuerda y quedan "coplas" suyas aprendidas de memoria por los vecinos. Al periodista le han recitado una de estas "coplas" dedicada a la isla. Se trata de un soneto que transcribimos, a pesar de que su trabajo costó porque la mujer que lo sabía tenía que decirlo de "carrerilla", si no se le olvidaba:

Isla gentil que siempre te deseo,
de una guitarra tienes la figura,
donde se ata la larga encordadura
está la soledad de mi recreo.

Dibujada en mi espíritu te veo,
igual que un instrumento de hermosura,
orlada por la mar y la bravura
que te azota con verde balanceo.

Para vivir ¡qué sitio tan dichoso!
Para sonar, ¡qué mágico retiro!
Para morir, ¡qué campo soledoso!

Quién fuera el ancho mar, guitarra mía,
que retienes la caja de armonía
como un inmenso estuche de zafiro.

Los versos de Salvador Rueda siguen todavía válidos para esta afortunada isla del Mediterráneo que lleva varada tantos siglos esperando que una mano providencial venga a arrancar unas notas que resuenen a progreso y optimismo esperanzador.

Tabarca, trasatlántico sin rumbo, inmensa tortuga con un caparazón de tierra estéril, guitarra con cuerdas, pero sin sonido, espera. Los tabarqueños —me lo decía don Pascual— esperan también que esos rumores que corren de hacer de la isla un gran centro de alto turismo, sean realidad. Estas gentes sencillas como niños grandes, acostumbrados a vivir en vilo pendientes del tiempo, de la mar; llenos de esperanza por dentro que le sale por los ojos, carecen de casi todo y lo esperan todo.

En 1939 el censo de población arrojaba un número de habitantes de 1.400. En la actualidad viven en la isla 280. Los jóvenes emigran, pero con el recuerdo viven dentro de su isla. Carece de presupuestos la pedanía y no se pagan impuestos de ninguna clase. Este trozo de tierra volcánica española, que el Jefe del Estado recorrió el Domingo de Ramos de 1963 [7 de abril] y cuya visita recuerda emocionado el cabo de la Guardia Civil. Él ha visto con sus propios ojos, las necesidades y ha charlado con sus gentes. Tabarca con sus problemas y sus esperanzas, es conocida. Los tabarqueños creen que el montaje de un gran complejo turístico será su redención. Se ha hablado de la creación de un gran casino de juego, de un club de regatas, de un campo de golf y de muchas otras cosas. Y el periodista se pregunta con un ligero temor: ¿Será el turismo la salvación de los tabarqueños?

El sol ha cruzado el meridiano del día de Navidad y el periodista se despide en la sobremesa de don Francisco, el cura, del alcalde, en nombre de todo el pueblo, de don Pascual, acepta el ofrecimiento amistoso del viejo Santa Creus [¿Santa Claus?] y, con honda pena, se dispone a desembarcar de este enorme trasatlántico que se llama Tabarca para pasar a una canoa marinera e ir a "tierra firme", como dicen los tabarqueños. El periodista se ha encontrado en Tabarca como en un gran hogar y ha pasado una noche buena; de las mejores Nochebuenas que recuerda.

* * *


HOY ES DÍA GRANDE

Hay más hombres que de ordinario.

Vinieron de la mar a pasar la fiesta.
No todos.
Hay quien está a muchas millas y a años de lejanía.
Pero hay que celebrarlo como en cualquier rincón del mundo.
La barca se ha cargado de provisiones abundantes en Santa Pola.
El cura ha estado corriendo por tierra firme regateando la caridad para quienes aquí no tienen nada.
A última hora la caridad no llegó.
Tuvo que volverse con las manos vacías y el corazón en un puño.
Pero en Tabarca hay conciencia de hogar común —todos o casi todos son parientes—, y de estas sacas y cestas hubo para todos.
La gran noticia de esta Nochebuena.
Fuimos a pasar la noche mejor del año en un ambiente de soledad y pobreza, y también allí nos encontramos con el acontecimiento.
Por vez primera en su historia, en esta noche en que los cielos derraman luz, Tabarca va a tener iluminación.
En la hora mágica de la Nochebuena se inauguró el grupo electrógeno.
Y se hizo la luz.

La isla. Lejos de la tierra. Prisión, soledad de poetas o viviendas derruidas de gentes pobres. En 1939 tenía 1.400 habitantes. Hoy, 280. No hay comunicación regular con el mundo. Quien puede tener un bote, marcha cuando quiere y el mar lo permite. Los demás esperan que alguien pueda llevarles. Más ruinas que muros en pie. Sobresale la iglesia, firme recuerdo de tiempos mejores. Aquí vivió el periodista la inolvidable emoción de una Nochebuena entre las gentes sencillas, como las que eligió Cristo para vecinos de su nacimiento.
Poco después de la cena, y mientras se espera a la misa del gallo, júbilo en las calles semiderruidas de la isla. Villancicos y alegría. Los mozos están lejos. En la mar, pescando. Vienen algunos, pero cada tres o cuatro años. La espadaña [elemento arquitectónico de los campanarios] ha lanzado su llamada por toda la isla y hasta ha penetrado en la profundidad de la oscuridad marinera. Llegan a misa los fieles. Hace frío. Es medianoche. Una medianoche clara. Suena el mar a unos metros. Dios va a nacer.
La adoración del Niño Dios. Hombres y mujeres llegan con devoción hasta el altar. La Guardia Civil, que hace la vigilancia de la isla. Aquí, donde la convivencia tiene rasgos muy peculiares, donde no se pagan impuestos —ni hay donde pagarlos—, donde las ramas más íntimas de la familia se desgajan sangrantes por el vendaval de la necesidad, la fe en Dios, que acaba de nacer como hombre, es más robusta y necesaria. Y, por ello, el corazón más limpio. Lo último. El pobre cementerio de Tabarca. Dos o tres nuevos inquilinos tan sólo al año. Cada vez menos gente. Nacen aquí, pero se van a morir —y buscar la vida— lejos. El mar, el eterno compañero, rodea las tumbas. Dicen que todo esto se va a transformar. ¡Qué extrañeza de siglos si llega a realizarse!

* * *

Nueva Tabarca siguió dependiendo más de dos décadas de estos grupos electrógenos, para la electricidad que precisaban los isleños en su día a día, con un fuerte incremento de la demanda en época estival, gracias a ese turismo anunciado, aunque no resuelto como se pensaba, que habitualmente superaba las capacidades de estos generadores.

En 1988 se terminaba la construcción de una central solar fotovoltaica que fuera capaz, no ya de proporcionar la electricidad necesaria a los tabarquinos, sino de soportar los incrementos veraniegos que exigía el creciente turismo de la isla, complementando así el servicio que seguían dando los generadores. La planta fue financiada por la Unión Europea, instalada por AEG, dotada con 2.466 módulos fotovoltaicos y proyectada con una potencia eléctrica de 100 kilovatios.

Diez años más tarde, en 1998, el Ayuntamiento de Alicante, la Generalitat e Iberdrola alcanzaban un acuerdo para dotar a la isla de Tabarca de las instalaciones necesarias para recibir suministro eléctrico desde la península, mediante un cable submarino. Se paliaba así, con una inversión de 135 millones de pesetas, una de las viejas reivindicaciones de los habitantes de la isla, condenando, sin embargo, a la obsolescencia, a la central solar fotovoltaica, sin que nunca hubiera llegado a funcionar a pleno rendimiento. Tabarca tendría un servicio normal de energía, 24 horas al día, antes de fin de 1999, y llegaría a la isla por el mismo conducto que la abastece de agua potable, por lo que apenas implicaba impacto ambiental.

(Artículo publicado en el blog "La Foguera de Tabarca")

Bofill en Calpe, visto por dos neófitos. Segunda Parte: La Muralla Roja, fachadas

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Como ya os comenté en la primera entrada de esta serie dedicada a algunos de los edificios de Ricardo Bofill en Calpe, mi objetivo en principio no era otro que el que para algunos es uno de los más paradigmáticos de la carrera de Bofill, La Muralla Roja.

De este edificio, que está muy documentado, y del que se ha hablado y se habla aún muchísimo, a nivel arquitectónico, yo no soy capaz de añadir nada. Al menos, nada relevante. Si puedo hablar de mis impresiones, y os adelanto que en la siguiente entrada lo hará mi hermano Ramón, con su peculiar y creativo punto de vista.

También quiero volver a agradecer a Rubén Bodewig su acertada sugerencia en cuanto a visitar este edificio, al cual quiero volver en cuanto pueda, con algo más de calma.

La Muralla Roja, en realidad son varios edificios, al menos, esa es la impresión que a mi me dio y me sigue dando. Por un lado, las diversas fachadas, por otro los patios y escaleras, y por último las terrazas y miradores. Habrá por tanto tres entradas en el blog, una por cada parte.

No quiero filosofar demasiado acerca de este edificio, pero mis sensaciones fueron de menos a más. Y es que el edificio, desde el aparcamiento ofrece una de sus vistas menos espectaculares. Es cuando empiezas a rodearlo y te vas dando cuenta de que es bastante más grande de lo que parece en principio, y cuando empiezas a adivinar recovecos y a ver cómo van cambiando las formas de las fachadas según vas caminando a su alrededor, cuando percibes que éste no es un edificio más. Podrá o no gustarte (está claro que su estética es muy polémica), pero no quedarás indiferente ante él.

Sin más, os dejo con las fotos que he seleccionado de las fachadas del edificio.



















Artículo publicado conjuntamente 
con el blog Vuelve a Mirarlo

CRÓNICA DE UNA EXPOSICIÓN HISTÓRICA: 75 ANIVERSARI DE LES FOGUERES DE SANT JOAN

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El día 10 de enero de 2014 se cumplen diez años de la clausura de la Exposició 75 Aniversari de Les Fogueres de Sant Joan, último de los actos conmemorativos de tan importante efemérides, y que significó una de mis mayores satisfacciones en mi paso por la entonces aún denominada Comissió Gestora de Les Fogueres de Sant Joan, actual Federació de Les Fogueres de Sant Joan, en mi período de Asesor de Cultura de la misma, sobre todo porque fue la fuente de inspiración e impulso para mi primer libro, Alicante. Arte y Fuego, que vería la luz siete años más tarde, en mayo de 2010, gracias especialmente a la también entonces denominada Foguera Gran Via-La Ceràmica, hoy Associació Cultural Foguera La Ceràmica.


Como indico en el prólogo de mi libro, hace una década me encontré con la gratificante y a la vez ardua tarea de reunir los objetos que iban a formar parte de una muestra cronológica que abarcaría el período de 1928 a 1960, que cerraría el conjunto de actos que organizó la Comissió Gestora, en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de Alicante y la Librería Raíces. El material de la Exposició 75 Aniversari de Les Fogueres de Sant Joan, opté por que procediera de colecciones particulares y del patrimonio de las comisiones que iniciaron su periplo festero en el período de tiempo que abarcaba la muestra, excluyendo por sistema todo aquello procedente de fuentes de consulta o exposición de fácil acceso para el estudioso de la Fiesta, como son el Archivo Municipal de Alicante, el Archivo de la Comissió Gestora, el Museu de Fogueres o las bibliotecas públicas, pues lo que pretendía era localizar y sacar a la luz objetos inéditos, poco conocidos o de difícil acceso. Con la inestimable ayuda de las personas y entidades que colaboraron y participaron en la muestra, tuve la fortuna de dar con más de 750, incuyendo algunos que hasta entonces se consideraban desaparecidos, o cuya existencia se desconocía: llibrets, revistas y carteles oficiales y no oficiales, folletos y programas de mano, colecciones de fotografías y postales, partituras y documentos varios, estandartes de comisiones y banderines de premio, bandas de belleses, emblemas, bocetos... La nutrida aparición en prensa, como luego veremos, recogía especialmente algunas de esas singulares aportaciones.

Fotografía coloreada de tamaño natural de la Bellesa del Foc 1933,
Carmen Hernández Flores, obra del fotógrafo Nieto
Estandartes de comisiones y banderines de premios
Boceto original de la Foguera Sèneca-Autobusos 1950,
de Ramón Marco, Primer Premio de Categoría Especial
Exposición cronológica de llibrets, revistas, programas, folletos, etc.
(Fotografías: Cayetano Sánchez Maciá)

El catálogo de la exposición, inestimable trabajo de Bañuls Impresores cuya portada reproducía el cartel oficial de la misma, recogía año a año la totalidad de los artículos expuestos, encabezando cada ejercicio foguerer con un pequeño resumen de las noticias más relevantes acontecidas durante el mismo, que a su vez quedaron plasmadas en pequeños carteles explicativos que servían de separación a las distintas secciones y años de la muestra, a la que además se añadieron, fuera del período de la misma, algunos objetos que, por su singularidad o su significado, era interesante incorporar a pesar de ello.

Exposición cronológica de fotografías, postales, bocetos, programas y folletos
Bandas de belleses de la II República
Emblema de plata diseñado por José María Py y escudos antiguos de comisiones
Un aspecto de la Exposición
(Fotografías: Cayetano Sánchez Maciá)

El citado catálogo contenía una introducción que escribí con objeto de situar y justificar la realización del evento. Daba inicio con una significativa frase del Fundador de Les Fogueres:

"Me toman por loco, pero cuando vean que lo que intentamos hacer tiene como características fijas las fiestas a lo grande, beneficio para la industria, beneficio para el comercio, beneficio para el obrero alicantino a cuyos hogares van a parar las pesetas que se invierten, y renombre para Alicante, se les contagiará mi locura".
José María Py y Ramírez de Cartagena,
Fundador de Les Fogueres de Sant Joan
La "locura" de este gaditano, afincado en Alicante tras conocer unos años la fiesta del fuego en Valencia, encendió, hace ya tres cuartos de siglo, una mecha en el espíritu alicantino que no ha dejado de correr, prendiendo los corazones de cuantos entran en contacto con ella, sean nativos o forasteros, propios o extraños, que quedan inmersos en su fuego.

Les Fogueres de Sant Joan han cumplido 75 años, y han resistido todos los embates habidos y por haber, primero las críticas, luego una guerra, una postguerra, más tarde cambios en el régimen político. Lo que empezó como un experimento local, trascendió rápidamente de la ciudad de Alicante y de su provincia, traspasando las fronteras de nuestro país. Saltamos de siglo y de milenio, y hoy Les Fogueres de Sant Joan, Fiestas de Interés Turístico Nacional e Internacional, son las Fiestas Oficiales de la Ciudad de Alicante y forman parte inseparable de su cultura, de su folklore y de su arte, configurando un estilo propio, el "Estilo Alicantino".

En el colofón de esta efemérides, hemos concebido esta Exposición del 75 Aniversario como homenaje a todos aquellos que han sido y son artífices de este milagro, "El Milagro del Fuego" como titulara Pedro Abad su Foguera Oficial del 75 Aniversario, a través de una marcha atrás en el tiempo, partiendo de aquel ya lejano 1928, recorriendo esos primeros pasos, seguidos de etapas de lógicas fluctuaciones de la Fiesta por las circunstancias históricas que concurrieron, hasta llegar a los años de Gastón Castelló al frente de Les Fogueres, que culminarían más tarde con Tomás Valcárcel en la madurez y la consolidación de una Fiesta, sin duda destinada a no desaparecer jamás.

Para esta Exposición, que recorre la Historia de la Fiesta caminando de forma cronológica a través de llibrets, bocetos, postales, carteles, fotografías, insignias, estandartes, documentos y objetos varios, desde 1928 hasta 1960, hemos querido descartar intencionadamente todo aquello de conocida disponibilidad en lugares como el Archivo Municipal, el Archivo de Comissió Gestora, Museo de Hogueras, bibliotecas públicas, etc. para intentar llegar a lo que se encuentra en propiedad particular, coleccionistas, o como parte del preciado patrimonio de las comisiones que comenzaron su andadura fogueril durante ese período de tiempo que nos ocupa, procurando así que salgan a la luz objetos y documentos que, en muchos casos, son desconocidos o se creía perdidos. Desde aquí nuestro agradecimiento a todos los que han colaborado para hacer realidad esta Exposición.

No está todo lo que hubo, es obvio, pero sí una muestra lo suficientemente representativa como para darnos por satisfechos si con ello conseguimos una punzada de emoción, un granito de nostalgia, o una pizca de admiración hacia todos aquellos que han sido responsables directos de que LES FOGUERES DE SANT JOAN sean las que hoy conocemos: la millor festa per a la millor terreta!

Boceto original de la Foguera San Fernando-Lonja 1954,
de Andrés Forner, Tercer Premio de Primera Categoría
Estandartes de comisiones y banderines de premios
Primer traje de foguerer confeccionado por Tomás Valcárcel,
donado posteriormente al Museu de Fogueres por Arturo Tresáncoras
Otro aspecto de la Exposición
(Fotografías: Cayetano Sánchez Maciá)

Como un nuevo gesto de agradecimiento, he aquí la relación de expositores y colaboradores, sin cuyas aportaciones no hubiera sido posible esta muestra cronológica:
  • Luis Amat Vidal
  • Bañuls Impresores, S.L.
  • Juan Campos Mira
  • Luis Carrasco Torregrosa
  • David Gerona Llopis
  • Alejandro González Borja
  • Hijas de Carmen Hernández Flores
  • Juan Insa Garrido
  • Antonio Juan Alfaro
  • Librería Raíces
  • Vicente Linares Giménez
  • Cristina López Moya
  • Francisco Lloret Box
  • Xavier Martos Sánchez
  • José Manuel Monllor Ortega
  • María Julia Moya Giménez
  • Armando Parodi Arróniz
  • María Asunción Parodi Lledó
  • Francisco Pla Mas
  • Sergi Ribera Antón
  • Juan Román Sirvent
  • Carlos Sampedro Moreno
  • Arturo Tresáncoras Reig
  • Foguera Barrio José Antonio
  • Foguera Benalúa
  • Foguera Benito Pérez Galdós
  • Foguera Calvo Sotelo
  • Foguera Campoamor
  • Foguera Carolinas Altas
  • Foguera Carrer Sant Vicent
  • Foguera Ciudad de Asís
  • Foguera Diputació-Renfe
  • Foguera Explanada-Puerto-Postiguet
  • Foguera Hernán Cortés
  • Foguera José María Py
  • Foguera La Florida
  • Foguera Los Ángeles
  • Barraca Los Pingüinos
  • Foguera Mercado Central
  • Barraca Peña Los Gorilas
  • Foguera Port d'Alacant
  • Foguera Puente-Villavieja
  • Foguera Rambla Méndez Núñez
  • Foguera Sagrada Familia
  • Foguera San Antón Alto
  • Foguera San Antón Bajo
  • Foguera San Fernando
  • Foguera Santa Isabel
  • Foguera Sèneca-Autobusos

Un claro ejemplo de la importancia de algunos de los documentos que vieron la luz en esta Exposición:
la carta de 1934 del Maestro Francisco Alonso en agradecimiento a la Foguera Plaza de la República,
en la que se compromete a escribir el pasodoble La Festa del Poble, hoy un clásico de la música festera

La Exposició 75 Aniversari de Les Fogueres de Sant Joan se desarrolló del 20 de diciembre de 2003 al 10 de enero de 2004, en el Centro Municipal de Las Artes del Patronato de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, de lunes a sábado y con entrada libre, lo que hizo que se contaran por millares las visitas recibidas en ese período de tiempo, dado que además incluía en su programa algunas actividades paralelas. Así, el 20 de diciembre, a las 20:00 horas, tenía lugar la Inauguración Oficial, a cargo del entonces concejal de Cultura, Pedro Romero Ponce, y la Bellesa del Foc 2013, Vanessa Sánchez Serrano; el 3 de enero se celebraba, también a las 20:00 horas, el acto de donación de la obra A la Festa més bella, del pintor alicantino Manuel Martínez Godínez, Martigodi, a la Casa de la Festa; igualmente a las 20:00 horas, pero del día 9 de enero, se firmaba el documento de depósito de las Actas Históricas (1935-1993) de la Comissió Gestora de Les Fogueres de Sant Joan en el Archivo Municipal de Alicante, por parte de Andrés Lloréns Fuster como concejal de Fiestas, José Manuel Lledó Cortés en calidad de presidente de la Comissió Gestora, y la entonces directora del Archivo Municipal, María Jesús Paternina Bono; y, por último, el 10 de enero, a las 19:00 horas, se llevaba a cabo la Clausura de la Exposición, así como el fallo del jurado del Concurso Infantil de Dibujo El Cumpleaños de Las Hogueras, convocado a tal efecto en el seno de la muestra.

Este concurso, vigente durante el desarrollo de la Exposición, se regía por las siguientes Bases:

  1. Podrán participar todos los niños y niñas de edad no superior a 14 años, sean o no comisionados de Hogueras o Barracas.
  2. La temática única será "EL CUMPLEAÑOS DE LAS HOGUERAS", haciendo referencia al 75 Aniversario celebrado durante el presente 2003.
  3. Se establecen TRES MODALIDADES: hasta 6 años, de 7 a 10 años, y de 11 a 14 años.
  4. Los dibujos podrán ser realizados en estilo y técnica libres, siempre a color, mediante cualquier material colorante (lápices de colores, rotuladores, témpera, acuarela, etc.).
  5. Se podrán presentar un máximo de tres dibujos por concursante.
  6. Se facilitarán, en el momento de la inscripción, las cartulinas DIN A3 sobre las que se realizarán los dibujos. Solo serán admitidos en dicho soporte.
  7. Será imprescindible que los trabajos lleven incluidos los siguientes datos: nombre y apellidos completos del niño/a, edad, teléfono de contacto y, opcionalmente, el título del dibujo.
  8. La inscripción se realizará en el Centro Municipal de Las Artes, a partir de las 20 horas del día 20 de diciembre de 2003, hasta las 21 horas del día 5 de enero de 2004, debiendo proporcionar el nombre, apellidos y edad del niño/a, para que le sean facilitadas las cartulinas necesarias.
  9. La entrega de los trabajos se realizará en el mismo lugar, desde las 10 horas del día 22 de diciembre, y hasta las 21 horas del día 7 de enero.
  10. Las entidades organizadoras constituirán un Jurado compuesto por tres personas, una de las cuales será designada por la Comissió Gestora, otra nombrada por el Excmo. Ayuntamiento, y una tercera de común acuerdo entre ambos organismos.
  11. Se fallará un premio por cada modalidad que serán comunicados en momento de la Clausura de la Exposición, a las 19 horas del día 10 de enero, notificándolo a los medios de comunicación, y que aparecerán en las publicaciones oficiales de la Comissió Gestora "Fogueres 2004" y el Excmo. Ayuntamiento "Festa 2004". A sus autores se les hará entrega de una placa acreditativa, en lugar y fecha que se comunicará a los mismos.
  12. Los dibujos presentados quedarán en poder de las entidades organizadoras, siendo expuestos en lugar y fechas que se comunicarán oportunamente.
  13. La participación en este Concurso implica la aceptación de la totalidad de las presentes Bases.
  14. Las entidades organizadoras se reservan el derecho a posibles modificaciones si las circunstancias así lo aconsejaran.

Por último, la presencia de la Exposición en los medios de comunicación fue intensa, masiva y completa, como puede comprobarse en el siguiente dossier cronológico de prensa.

Información, 30 de noviembre de 2003
El Mundo, 12 de diciembre de 2003
La Verdad, 18 de diciembre de 2003
La Verdad (laverdad.es), 20 de diciembre de 2003
Dos imágenes de El Mundo, 21 de diciembre de 2003
(la segunda con un error: no es artístico, sino cultural)
Tres imágenes de Información, 21 de diciembre de 2003
La Verdad, 21 de diciembre de 2003
El Mundo, 24 de diciembre de 2003
Información, 29 de diciembre de 2003
Las Provincias, 2 de enero de 2004
Información, 5 de enero de 2004
Información, 7 de enero de 2004
El Mundo, 9 de enero de 2004
Tres imágenes de Información, 10 de enero de 2004
(Toda la hemeroteca: archivo Armando Parodi)

(Artículo original del blog "La Foguera de Tabarca")

ALICANTE VIVO EN ALACANTÍ TV (1). EL PASEÍTO DE RAMIRO (13/01/2014)

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Pincha AQUÍ para ver todas 
nuestras intervenciones en Televisión



A partir del 13 de enero de 2014, todos los LUNES a partir de las 20.00, nuestro compañero Alfredo Campello de Alicante Vivo participará, junto a Juan José Amores, en la sección "Memoria de Alicante" dentro del programa "La Explanada" de Alacantí TV. Ésta será, por tanto, nuestra segunda experiencia televisiva tras nuestro paso por InformaciónTV en 2009.

"La Explanada" es un programa magazine de actualidad dirigido y presentado por María González que acerca a las pantallas de los televidentes numerosos contenidos culturales como música, literatura, cultura alternativa o cine. Pero también con consejos e imágenes prácticas sobre motor, moda, belleza, informática, cocina, manualidades o mascotas. Además, de las entrevistas a invitados relevantes que nos contarán las novedades que acontezcan en nuestra comarca. Se emite de lunes a jueves a las 20.00h.

Cada lunes en este apartado de unos quince minutos de duración contaremos a los espectadores la historia y anécdotas de diferentes rincones de nuestra ciudad y alrededores en un tono distendido acompañado de vídeos e imágenes de estos rincones tan nuestros.

Para esta primera entrega hemos querido acercar al alicantino la historia del Paseíto de Ramiro y de la estatua de José María Muñoz que allí estuvo instalada. Os contaremos divertidas anécdotas, curiosidades históricas así como las otras estatuas gemelas de Muñoz que existen a día de hoy.

Desde Alicante Vivo quremos dar las gracias a María González y a AlacantíTV por la confianza depositada en nosotros.

No os contamos más. Os dejamos con esta primera entrega de "Memoria de Alicante"




¿Qué necesito para ver en mi televisor AlacantíTV?Sólo hay que tener un aparato receptor de Televisión Digital Terrestre (TDT) 

Si mi antena es individual, ¿necesita el ajuste técnico? Por lo general no, ya que estas antenas tienen un amplificador de banda ancha. Sólo tendrá que sintonizar el canal 21 de la TDT para ver AlacantíTV. 

En el canal 21 me sale otra emisora o tengo una ya establecida. Son dos cosas distintas. Usted puede tener memorizada cualquier cadena (TVE, Antena 3, Tele 5, etc) en el número 21 de la lista de canales de su televisor. Para captar AlacantíTV tiene que ir a la opción manual de búsqueda de canales (en toda España salen del 21 al 69) y sintonizar el 21. La tecnología digital permite un mayor número de emisoras en el mismo espacio radioeléctrico, pues se pueden transmitir entre tres y cinco programas por cada canal UHF, llamado multiplex (mux). En el mux local (canal 21) es donde podrá captar desde distintas poblaciones de la provincia de Alicante la señal de AlacantíTV, a la que podrá asignar el número que desee en su lista de canales.


Bofill en Calpe, visto por dos neófitos. Tercera Parte: La Muralla Roja, escaleras y patios

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Aunque, como ya anticipamos en la anterior entrada de esta serie, tras las fotos podréis leer y disfrutar de las impresiones de mi hermano, no quiero dejar de hablar yo de las mías.
El edificio tiene en su interior una serie de patios (en realidad, no sabría decir cuantos), en los cuales están las escaleras que comunican los distintas plantas y apartamentos. 

Es un auténtico laberinto-escultura (le copio la definición "edificio escultura" a Alacantí de Profit, porque me parece muy acertada). Creo que hay referencias claras a Escher y al constructivismo, al tiempo que a los pueblos mediterráneos (Bofill habla de una Alcazaba como una de sus fuentes de inspiración). En cualquier caso, es fácil perder la idea de las dimensiones claras del edificio en su interior. El ambiente es muy agradable, y el juego de "ventanas" al mar, escaleras que juegan a llevarte a ningún sitio, de luces y sombras, de corrientes de aire es francamente agradable.

Algo curioso es que desde los patios parece sentirse más la conexión del edificio con el paisaje que le rodea que desde el exterior, quizás porque Bofill parece esforzarse por enmarcarlo y acotarlo, lo cual te da una sensación como de inmersión en el cercano mar y en la vegetación de alrededor.

Otra cosa, soy consciente de ello, será vivir allí. Y de algunas de esas pequeñas "molestias" os hablará mi hermano al final de esta entrada.

Espero que os gusten las fotos tanto como a nosotros nos gustó el pasear por el interior del edificio.






















Xanadú y al fondo Atrium, ambos edificios también de Ricardo Bofill













La versión de mi hermano:

Retomamos el asunto del viaje a Calpe que hicimos mi hermano y yo. Y antes de nada quiero aclarar varios asuntos. El viaje en sí fue una gran mentira manufacturada (es la palabra que he leído hoy en el diccionario, que no se diga que uno no quiere aprender) con los retales de varias mentiras de menor tamaño.

¿Por qué? 
Os preguntaréis muchos, o algunos… ¿Nadie? Bueno, es igual, contestaré de todos modos. A la mentira que más me dolió, que fue la ya sabida promesa de una cerveza que nunca llegó, hemos de unir estas otras:

Cala La Manzanera:
¡Mentira! Allí no había ni un miserable manzano. Ni siquiera había un hombre que vendiera manzanas. Por no haber no había ni un miserable, no digo ya un equipo de música con dolby surround, no, ni siquiera un maldito transistor en el que sonara Manzanita.

La Muralla Roja:
Que se podría dividir en dos:
La Muralla:
¡Mentira! A no ser que entendamos como muralla la definición que daré más adelante en este mismo texto. No diré en qué lugar está, para que no vayáis a cotillear, que ya nos vamos conociendo. De momento diré que muralla ni de lejos. Tú piensas en muralla y se te viene a la mente Ávila, por ejemplo. O China, como ya dije en el anterior texto. No busques. No busques porque allí no la vas a encontrar.
Roja:
¡Mentira!  Al menos no en un rojo que la media de los hombres (heterosexuales) sepa distinguir. Que son dos tonalidades. El rojo camiseta de fútbol (tipo las rayas del Atlético de Madrid o el rayo del Rayo Vallecano). O en su defecto el rojo Ferrari. Pues no. No es ninguno de ellos.

Aclarado el tema de las mentiras pasemos a lo que pudimos disfrutar. O en mi caso, padecer. No por el hecho de la compañía en sí. Ya que cuando nos juntamos mi hermano y yo para memeces solemos partirnos la caja de las risas.

El edificio en sí esta bonico. Bonico del tó. Con ese color que no es rojo por la parte de fuera. Y con otros colores que no son rojo, ni azul, ni casi blanco por dentro. Mi hermano, que es muy de hacer fotos, y más aún desde que no hay que gastar dinero en revelados, no contento con haber hecho varias decenas por todos los ángulos posibles del edificio por fuera, pensó que lo mejor era entrar y ver cómo estaba la cosa por dentro.

Así que entramos.  
Y ahí comenzó mi vía crucis particular.

Porque con todo lo bonico que está, uno no se da cuenta dónde se está metiendo hasta que ya es demasiado tarde. Y es que el edificio es un laberinto maléfico de escaleras. Escaleras que suben y que cuando ya estás arriba desemboca en una escalera que baja. ¿Por qué? Pues porque donde termina la escalera que sube solo hay un rellanito y si quieres seguir adentrándote tienes que bajar. Pero no una vez o dos. No, por Dios. Por una escalera o dos Bofill no se pone.

Yo tengo dos teorías. O bien lo diseñó el día que en clase les enseñaron a dibujar escaleras. O estaba de oferta. El caso es que hay escaleras de todos los tamaños posibles. Ya sea en ancho. Que hay algunas que dos personas, de complexión media, no cabrían juntas. De alto, en muchas alguien de más de metro ochenta iría dándose con el techo un buen tramo. Como de altura del escalón. Ya que los hay que tienes que llevar un equipo de escalada o ser el tío del Último Superviviente. Y todo ello viene genial cuando tienes un dolor de mil demonios en una de tus rodillas.

En un momento dado, al escuchar el sonido de varias televisiones y conversaciones de personas, pensé, esto no puede durar. Dios quiera que en un momento dado, más pronto que tarde, salga alguien y nos diga: ¿qué hacen ustedes aquí? Esto es propiedad privada. Márchense. Pues no. Ni el Tato salió. Hora y pico larga, y más de cien fotos después, por fin salimos de aquel infierno. Yo, como Rambo, ya no sentía las piernas. Era la inercia la que me hacía subir y bajar escaleras.

Por cierto, os preguntaréis muchos… Alguno… ¿Nadie? Sí, tú, el del fondo, te preguntarás ¿y  no había ascensor? Sí, lo había. Uno. Para todo el edificio, uno. Pero claro, no funcionaba. ¿Qué gracia habría tenido? Pero no es que pareciera que se había roto la semana anterior, no. Ese ascensor la última vez que funcionó Arias Navarro aún no había dicho aquella frase que tanto alegro a tantos españoles.

Y aquí va cómo yo creo que se debería llamar el edificio en lugar de La Muralla Roja:

Mazacotellenodeescalerasquesubeybajansinningúnsentidoyenmuchoscasoshacianingúnlugar Decolorindeterminadodentrodelaescaladerojossiendogeneroso.

RAMÓN ESCOLANO

Artículo publicado conjuntamente 
con el blog Vuelve a Mirarlo

CHARLA: LA CIUDAD DESDE INTERNET COMO HERRAMIENTA PARA DOCENTES. RECURSOS EDUCATIVOS EN LÍNEA SOBRE ALICANTE

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La PIC (Plataforma de Iniciativas Ciudadanas), por tercer año consecutivo, organiza el curso CIUDAD Y EDUCACIÓN, bajo el título Redescubrir Alicante. Una invitación para mirar, actualizar, explicar y conocer nuestro patrimonio urbano.





Este martes 21 enero de 2014 a las 20:15h, en la Sede de la Universidad sita en el Parque de Canalejas, nuestros compañeros Ernesto Martín y Alfredo Campello, en colaboración con Rubén Bodewig, hablarán sobre "LA CIUDAD DESDE INTERNET COMO HERRAMIENTA PARA DOCENTES. RECURSOS EDUCATIVOS EN LÍNEA SOBRE ALICANTE", exponiendo el cambio en la visión de la ciudad de Alicante desde internet, el surgimiento de los primeros blogs de temática alicantina o la aparición de las redes sociales como generadores de recursos educativos que pueden ser utilizados para el aprendizaje.
 
La charla se enmarca en el curso ofertado por el CEFIRE de Alicante, cuyos principales objetivos son:
  • Conocer y valorar las aportaciones que la investigación realiza en las disciplinas que configuran el ámbito y en aquéllas susceptibles de interrelación.
  • Potenciar la cooperación, el intercambio de experiencias y la actualización científica del profesorado.
  • Actualización en torno al patrimonio histórico-artístico de la ciudad de Alicante
  • Utilizar la ciudad como recurso didáctico, interdisciplinario y medio para favorecer los aprendizajes competenciales
  • Conocer recursos sobre el patrimonio alicantino existentes en internet
  • Conocer la ciudad como medio para construir una ciudadanía crítica y responsable
De igual manera ya tenéis disponible la pestaña "recursos educativos" en el blog (así como un icono en el lateral con acceso directo), en la que colgaremos todos los materiales educativos que creemos, descubramos o nos vayan llegando.

¡Estáis todos invitados! 

LAS TRES PRIMERAS CONCEJALAS DEL AYUNTAMIENTO DE ALICANTE (1924-1930)

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A raíz de la triste noticia del fallecimiento de Marina Olcina, primera concejala republicana del Ayuntamiento de Alicante durante la Guerra Civil, hemos querido traer a estas páginas el recuerdo de las tres primeras mujeres que fueron nombradas concejalas (concejales femeninos, según la terminología de la época) durante la Dictadura de Primo de Rivera. Nos referimos a Catalina García-Trejo , Cándida Gimeno y María del Socorro Solanich Lacombe, a las que vemos en la foto inferior.

 Los tres primeros "concejales femeninos" 
el día de su toma de posesión (Foto: Cantos)

Tras la toma de posesión del Alcalde Julio Suárez-Llanos el 12 de diciembre de 1924 y comunica el nombramiento de nuevos concejales corporativos, entre ellos las tres primeras concejalas de la historia de Alicante. Y además, maestras todas ellas.

Catalina García-Trejo del Campo nace en Albacete el 7 de junio de 1870. Según el "Diccionari Biogràfic de Dones" Catalina era una mujer de convicciones religiosas preocupada por los problemas sociales y admiradora de la obra del Padre Manjón. Estudió Magisterio en Murcia, consiguiendo el título superior de maestra en 1903. Un año antes entra en la Escuela Normal de Maestras como ayudante de Dibujo, impartiendo posteriormente clases de Geografía e Historia.

Tras su marcha a Jaén, vuelve en 1920 a Alicante como auxiliar interina de Pedagogía, con plaza en propiedad. El 1911 había aprobado las oposiciones por ocupar plazas de la sección de Letras de Escuelas Normales. Fue además fundadora y directora del periódico "El Magisterio de Alicante" colaborando y organizando diversas colonias escolares.

A su entrada en la Corporación Municipal es nombrada Teniente de Alcalde, presidenta de la Comisión de Instrucción Pública, así como vocal de la Junta Local de Primera Enseñanza y de la Junta Provincial de Instrucción Pública. Todo un logro para aquellos años. En 1926 fue nombrada vocal de la Junta Provincial de Beneficencia, asociándose a Cruz Roja en ese mismo año. Fue además vocal de la Junta de Construcciones Escolares desde agosto de 1928, año del fallecimiento en Valencia de su hermano Juan, Capitán General de Zaragoza.

Fue jubilada en 1937, volviendo a su plaza el 1 de abril de 1939, fecha en la que el personal se tuvo que reincorporar al cargo que ostentaban el 18 de julio de 1936. En 1941 fue jubilada definitivamente.

Escribió, entre otras, las obras "Cursos libres para la enseñanza de la mujer" (1910), "Medios para evitar la tuberculosis en las escuelas" (1912) o "Memoria de la Colonia escolar Reina Victoria de Alicante" (1920).

Cándida Gimeno Gargalló nace el 14 de septiembre de 1875, llegando en 1911 a la Escuela Normal de Maestras de Alicante, despuésde su paso por las de Cádiz y Córdoba.

Como hemos visto accede al Ayuntamiento Alicantino en 1924 como sustituta de la Teniente de Alcalde y vocal de las comisiones de Instrucción Pública, de Beneficiencia y de la Asociación Alicantina de Caridad.

Al ser nombrada concejala junto a su tres compañeras, asumió en nombre de las tres el reto que se les presentaba, como representantes de la mujer dignificada que llegaba al Ayuntamiento por primera vez.

María del Socorro Solanich Lacombe fue Directora y Maestra de la Escuela Graduada Aneja de Niñas. En 1926 llega como profesora a la Escuela Normal de Maestros. Después de la Guerra Civil, es nombrada directora de la Graduada Aneja de Niñas, profesora de la Escuela Normal de Prácticas y de Música, superando el proceso de depuración de las autoridades franquistas. Se jubila en 1940.

En los seis años que estuvieron como concejalas (hasta la caída de la Dictadura de Primo de Rivera) lucharon con ahínco por mejorar las condiciones higiénicas de los locales en los que se hallaban las escuelas, a todas luces insuficientes. Se habilitaron nuevos locales, se reformaron otros y consiguieron una escuela para el Bacarot y casas para maestros en Tabarca. Durante su mandato se consiguió dinero para al construcción del Grupo Escolar Primo de Rivera (posteriormente Joaquín Costa, y hoy Colegio Campoamor)

A día de hoy ninguna de estas tres mujeres ha recibido homenaje alguno por parte de nuestro Ayuntamiento, seguramente por su color político e ideas conservadoras y afines a la Dictadura, que ha pesado más que sus desvelos por mejorar las condiciones higiénicas de las escuelas, así como conseguir la creación de algunas de ellas. Ninguna calle lleva sus nombres ni tampoco han sido condecoradas con distinción alguna por parte del Ayuntamiento. Creemos que ya va siendo hora....


ALFREDO CAMPELLO


Fuentes consultadas:

- Diccionari Biogràfic de Dones
- CERDÁN TATO, ENRIQUE. "Concejalas, al salón". Publicado en la sección "La Gatera" del diario Información el 22 de marzo de 1993



Bofill en Calpe, visto por dos neófitos. Cuarta Parte: La Muralla Roja, miradores y terrazas

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Viene de la tercera parte

Acabamos con esta entrada la serie sobre la obra de Ricardo Bofill en Calpe. Esta vez, hablaremos de las terrazas y miradores. Si en un punto del edificio se nota la integración de éste con el mar es paseando por sus miradores y terrazas. Están, como los patios, enmarcando en todo momento el paisaje y el resto del edificio, a voluntad del arquitecto. Pero es un marco ciertamente bello, equilibrado y conjuntado.

Y como premio, la piscina, casi en la parte más alta del edificio y con el magnífico paisaje de Calpe a su alrededor. 

Espero que hayáis disfrutado de toda la serie como disfruté yo de la visita, corta (poco más de una hora) pero creo que muy fructífera.

















Xanadú y el Penyal d'Ifach

Xanadú y el Penyal d'Ifach

El Penyal d'Ifach
Artículo publicado conjuntamente 
con el blog Vuelve a mirarlo




EL TEATRO POLO DE BENALÚA

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A finales del siglo XIX, cuando solo habían transcurrido cuatro años del recién estrenado barrio de Benalúa de Alicante, el arrogante contratista don José Jover Polo ideó la construcción de un teatro de enorme envergadura en el barrio, un teatro-circo de proporciones arquitectónicas y artísticas monumentales. Ya fuera por un orgulloso afán de notoriedad, o tal vez como respuesta vengativa a la exitosa empresa del recién estrenado Teatro Principal (1846), don José soñó con un serio competidor que le inundara de beneficios al otro lado del barranco.


Fotografía del antiguo Teatro Polo desde el ángulo formado por las calles de Foglietti y de Alona a finales del siglo XIX (en primer plano vemos parte de su decoración). A la izquierda, parte de la tapia del edificio contiguo en la calle de Alona, propiedad de la Societé Anonyme des Eaux d’Alicante. Publicada en I Centenario del barrio de Benalúa. Autor desconocido.

Y así, en 1888 acude a la Directiva de "Los Diez Amigos" con la pretensión de que ésta le venda los terrenos a un precio excepcional, argumentando que el proyecto ina a ofrecer un servicio cultural esencial para la barriada. Finalmente la oferta fue aceptada, y se le conceden 2427 m2, en parcela comprendida entre las calles Alona y García Andreu con fachada a Foglietti (es decir, el solar que después ocupó el el Grupo Escolar, Colegio Benalúa, y posteriormente los barracones que lo sustituyeron., frente al edificio propiedad de Aguas de Alicante o “Chalet de las Aguas de Sax”) con una aparente bonificación del cincuenta por ciento condicionada a que el local no pudiera destinarse a otros usos y que él compensara el otro cincuenta por ciento del precio en las obras de engravado de las calles.

De este modo, el Barrio de Benalúa iba a completar en sus inicios toda una oferta de servicios (colegio, teatro, iglesia, mercado, tiendas, tranvía, fábricas para los trabajadores, ateneo cultural, cines...) para permitir una vida completa y moderna a sus habitantes, tan alejados del núcleo urbano del momento.

Ubicación exacta confirmada por los planos iniciales del barrio según la Guía de Arquitectura y Urbanismo, así como los planos iniciales del proyecto de construcción del barrio. Nota: en el primer plano el Norte (Avda. Aguilera) queda hacia arriba, y en el segundo, hacia abajo. Se ha respetado la orientación para hacer más fácil la lectura de las anotaciones.

En el año siguiente, 1889, coincidiendo con la inauguración de las obras de la primitiva Iglesia del barrio que diseñó Guardiola (acabada, tras múltiples parones, en 1917, ardió en los incidentes del 11 de mayo de 1931), también se iniciaron en Benalúa las obras para la construcción del magnífico teatro conocido con el nombre de Teatro Polo, utilizando las maderas del antiguo Teatro Español que se encontraba en la calle de López Torregrosa.



(Programa de inauguración del local con El rey que rabió. 
Casi todos los documentos consultados hablan de su inauguración en 1893; 
muy pocos, como el de la imagen, contemplan la fecha de 1894)

Tres años más tarde ya estaba construido, pero se inauguró oficialmente el 28 de Octubre de 1893, representándose, por parte de la Compañía de José Gil, la zarzuela El rey que rabió de Ruperto Chapí. Espacioso, elegante, bien acondicionado, en sus primeras funciones registró tales llenos que tuvo que organizarse servicios especiales de tranvías hasta el centro de la ciudad. En él estrenaron comedias Hermenegildo Giner de los Ríos, dirigidas musicalmente por el director de orquesta Luis Foglietti (Sin nombreA tiempo y Milton  y Por ir al baile, todas en 1894). El Teatro Polo era de proporciones arquitectónicas verdaderamente grandiosas y nació con el propósito de competir con el Teatro Principal de la ciudad, siendo proyectado su escenario con mayor capacidad que el del primero de los teatros alicantinos (algunos bromeaban rumoreando que el señor Polo había construido un teatro acorde con la "gran envergadura" de su esposa, que no cabía en las butacas de otros teatros).


Raquel Pérez del Hoyo nos lo describe a partir de la única imagen que conocemos del edificio:

 [...] De gran monumentalidad, cubierto a dos aguas, no respondió al estilo puramente neoclásico como lo hizo, cincuenta años antes, el Teatro Principal, tampoco destacó como aquel el valor expresivo de la piedra, aunque sí imitó la composición general de sus volúmenes y la forma de algunos vanos. Proyectado exento en la trama urbana, sobresaliendo de la sencillez del conjunto, respondió al lenguaje ecléctico decimonónico, destacando la ruptura del simbólico frontón triangular coronando la portada, el empleo de acabados enfoscados y la utilización de una variada tipología de vanos. En la fachada principal, orientada al Norte, se dispusieron huecos acabados en arco de medio punto, enfatizando el eje central con la colocación de un doble vano y la perforación semicircular del cuerpo de remate. En las fachadas laterales, los huecos asumieron la estructura del contexto urbano. La imagen muestra un avanzado deterioro, destacando su sobriedad y la ausencia de elementos ornamentales.

PÉREZ DEL HOYO, Raquel, et al. “Del teatro al cinematógrafo, documentación gráfica, barrio de Benalúa de Alicante”.

No obstante, su éxito duro muy poco, su efímera actividad teatral terminó en 1897. La causas de su fracaso fueron varias; por un lado, su envergadura resultó desproporcionada para el reducido sector en que fue construido (una barriada en su génesis embrionaria) y, aunque paralelamente también fue inaugurada la línea de tranvía que comunicó el barrio con la ciudad, la distancia con el casco de la población (800 metros) resultó excesiva para que el público acudiese con la suficiente frecuencia a Benalúa; en última instancia, es más que probable que se contara con una administración poco seria que acabó dando al traste con la luminosa idea, a lo que hay que sumar un fatídico incendio que acabó con todos los sueños del contratista.

La efímera actividad del Teatro Polo se redujo aproximadamente a tres años, desde finales de 1893 hasta 1897.

En 1900 ya estaba desmantelado. Cuando los acreedores del Sr. Polo quisieron destinarlo a almacenes, tras haber servido de cuartel (era tan grande que allí estuvieron acuartelados los repatriados de Cuba.) y otros usos, los "Diez Amigos" le hicieron pagar 6000 pesetas, a tenor de la cláusula convenida. Posteriormente parte de su estructura fue usada para la construcción de otros edificios, incluso los cuchillos que sostenían su cubierta fueron empleados, años más tarde, en la construcción del Palacio de Telecomunicación.

Pese a que el Teatro Polo desapareció a finales del XIX, hay documentación que atestigua la existencia del edificio (con la denominación de Teatro Polo) hasta, al menos, 1921 (Vid. PÉREZ DEL HOYO, Raquel, et al.). Así pues, observamos que José Guillén Pedemonti, nuevo popietario del Teatro tras Jover Polo, solicitó en noviembre de 1904 el derribo de la techumbre central del inmueble, realizándose la demolición bajo la dirección del Maestro de obras Nadal Cantó. En julio de 1913, Guillén Pedemonti volvió a solicitar el levantamiento, aproximadamente de un metro, de la pared de cerca existente para delimitar el jardín o patio de entrada al Teatro. Los últimos documentos encontrados, fechados en marzo de 1921, dan cuenta de unla denuncia que el capataz de Policía Urbana efectuó sobre la construcción de un cobertizo en el interior del Teatro que no tenía autorización ni dirección facultativa competente; no obstante, las obras del cobertizo sí se llevaron a cabo, siendo dirigidas por el Arquitecto Municipal Francisco Fajardo Guardiola.

Una vez demolido el Teatro Polo, sobre el mismo solar fue levantado el edificio del Grupo Escolar (Miguel López, 1933), también derribado, sustituido durante más de diez años por módulos prefabricados (barracones). Tres años después (2014), en la misma parcela, el Ayuntamiento de Alicante construye una plaza a bajo coste, adecuando las pistas deportivas existentes para instalar otras de petanca, así como una zona de juegos, un área biosaludable para los mayores, bancos y fuentes.

En mapa de Google Maps (2013)

También puedes localizar el lugar donde se levantó el Teatro Polo hacerlo en nuestro Mapa de Panoramio.

Bibliografía consultada:

ALICANTE, Ayuntamiento, “Expediente de derribo de la techumbre central del edificio Teatro Polo en el Barrio de Benalúa propiedad de José Guillén Pedemonti”, 1904. Archivo Municipal de Alicante: Obras Particulares, signatura 9999-12-07.
ALICANTE, Ayuntamiento, “Expediente de autorización levantamiento de la pared del jardín o patio de entrada del Teatro Polo (Barrio de Benalúa) propiedad de José Guillén”, 1913. Archivo Municipal de Alicante: Obras Particulares, signatura 9999-12-09.
ALICANTE, Ayuntamiento, “Expediente sobre construcción de un cobertizo en el interior del Teatro Polo”, 1921. Archivo Municipal de Alicante: Policía Urbana, signatura 1904-43-27.
COLLÍA ROVIRA, Joaquín, “Benalúa, odisea de su construcción (1882-1896)”, Primer Premio en I Centenario del barrio de Benalúa, Banco de Alicante, Grupo Banco Exterior, Alicante, 1985.
LLORET I ESQUERDO, Jaume, “El ressò d’Escalante a la ciutat d’Alacant durant la Restauració (1874-1902)”, Curs-seminari Eduard Escalante i el teatre del segle XIX, Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, València-Barcelona, 1997.
MARTÍNEZ-MENA RODRÍGUEZ, Miguel, “Centenario, pincelada cultural. Benalúa en Alicante, Alicante en Benalúa”, Segundo Premio en I Centenario del barrio de Benalúa, Banco de Alicante, Grupo Banco Exterior, Alicante, 1985.
MIRALLES, Virgilio, “Los Teatros”, en diario Información de 1 de septiembre de 1957.
RAMOS PÉREZ, Vicente, Historia de la provincia de Alicante y de su capital (Tomo segundo), Excma. Diputación Provincial, Alicante, 1971.
QUILIS MOLINA, Rafael, “La Historia a Gotas”, en diario Información de 30 de junio de 1972.
QUILIS MOLINA, Rafael, “El Ramón de Campoamor y El Teatro Polo”, en diario Información de 21 de julio de 1955.
PÉREZ DEL HOYO, Raquel, et al. “Del teatro al cinematógrafo, documentación gráfica, barrio de Benalúa de Alicante”. En: X Congreso Internacional de Expresión Gráfica aplicada a la Edificación, APEGA 2010, Alicante 2-4 de diciembre de 2010 : libro de actas. Alcoy : Marfil ; Alicante : Universidad de Alicante, Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía, 2010. ISBN 978-84-268-1528-6, pp. 893-904 (Descargar pdf)
"Benalúa, Barrio intelectual", en Diario La Verdad, 31-3-11
www.alicante.es/documentos/cultura/libro_pea/pea_libro_g.pdf


ERNESTO MARTÍN MARTÍNEZ
 ARTÍCULO PUBLICADO CONJUNTAMENTE CON www.barriodebenalua.es

ALICANTE VIVO EN ALACANTÍ TV (2). LA PLAZA DEL DOCTOR BALMIS (20/01/2014)

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 La semana pasada hablamos 
del Paseíto Ramiro (PINCHA AQUÍ)

Aquí tenéis una nueva entrega de Memoria de Alicante dedicada a la Plaza del Doctor Balmis y a la obra filantrópica de Francisco Javier Balmis. En el vídeo emitido el lunes 20 de enero de 2014 aparece nuestro compañero de Alicante Vivo Alfredo Campello y nuestro amigo Juan José Amores.

Recordad, cada lunes a partir de las 20,00 horas en "La Explanada" de Alacantí TV presentado por María González.



Enlaces recomendados:

- Francisco Xavier Balmis. Un ilustre entre los ilustres
- Balmis y los niños héroes 
- El Doctor Balmis, el más grande y benéfico de los alicantinos...
- Balmes Vs. Balmis
- La reforma de la plaza Doctor Balmis y sus locales con mucho futuro
- La Plaza del Doctor Balmis

LÉXICO ALICANTINO XXI: TARDEO

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No hay duda de que la lengua vive y se regenera mucho más de lo que nos imaginamos. Desde hace no demasiados años -tal vez desde finales 2011, según leo en artículos de prensa- comienza a extenderse el término de nuevo cuño "tardeo" entre el léxico alicantino; la expresión no existe en el DRAE, por lo que se trata de un término de nueva incorporación y tal vez una voz propia de aquí. Investiguemos la procedencia de este sustantivo masculino:

Pudiéramos pensar que procede de "tardear", al igual que "veraneo" procede de "veranear"; sin embargo, no es así: "tardeo" no es "acción y efecto de tardear", porque "tardear" (amén de su acepción taurina) no es pasar la tarde, sino que viene a significar lo mismo que "tardar".

La palabra "tardeo", por su significado, parece ser una combinación entre "tarde" y "tapeo", es decir, tapear por la tarde, y engloba el ocio vespertino alicantino.

No obstante, el rito alicantino no comienza exactamente por la tarde, puesto que el "tardeo" propiamente dicho establece su punto de partida en el Mercado Central.

Como en todos los rituales sociales, en el 'tardeo' también hay algunas claves. La primera es la obligada cita en el Mercado Central para beber y picar algo. Lo cierto es que este enclave ha sido siempre uno de los más animados de la capital, pero la aglomeración de gente empezó a ser tal hace unos años que las terrazas de la zona se vieron desbordadas y empezó a generarse un 'botellón' cada vez mayor. Finalmente se ha llegado de forma espontánea a un entente cordial en el que salen beneficiados tanto los propietarios de bares como algunos comerciantes del mercado. Los primeros no dejan de servir, aunque muchas personas prefieren traer consigo sus bebidas y completarlas con un improvisado plato de embutido o salazones que compran en los puestos del mercado.
"De juerga, mejor por la tarde", en  El Mundo, 22-09-2013


Lo curioso es que desconozco si en esta ocasión (y hablo en primera persona), ha sido la prensa la que más ha publicitado esta palabra, o han sido los propios hablantes los que la han normalizado tanto que desde 2011 aparece en los diarios y que se ha generalizado mucho, hasta tal punto que su expansión ya aparece incluso en el periódico The Guardian.

"In Alicante and certain other Spanish towns, though, things are changing. The traditional Saturday night out now often takes place on Saturday afternoon. They call it el tardeo,a portmanteau of tarde– afternoon – and tapeo to go for tapas."
The Guardian, 19-09-2013

Que el término propio se mantenga con su acepción original al cruzar las fronteras nos da una idea de la fuerza con la que irrumpe esta palabra en la lengua (ojo, o  el interés turístico y económico que se tiene en publicitarlo), y a la que a veces se le añade el gentilicio para completar el sintagma nominal, hablando así de "tapeo alicantino" como distintivo. Me interesa que el periodista Trevor Baker subraye este hecho, más allá de porque "tardeo" suponga  un acercamiento a costumbres más afines a las costumbres centroeuropeas, sí porque se observa que "tardeo" se une a la serie de palabras exportadas, como "siesta" y "fiesta".

Sin entrar hoy a valorar el fenómeno gastronómico y sociocultural que provocaría el debate de la posible o imposible espacio de convivencia  entre el ocio y el descanso en la zona Centro y del Mercado (no por evadir un tema interesantísimo, sino porque este artículo se centra en el punto de vista lingüístico), observo que también han surgido voces discordantes sobre la procedencia del término.

La iniciativa viene importada de las vecinas Murcia y Albacete, donde hace años que los sábados por la tarde son tan animados como las noches, y este hecho ya lo destacaba Pino Alberola en un artículo de 2012, así que esta tradición no es exclusiva de la ciudad (en Murcia lleva años conocido como "la copa de la tarde") pero sí lo es el término, que aunque algunos tilden de "aberración lingüística", es una nueva palabra de uso habitual entre los alicantinos.


Artículos consultados:


Artículo recomendado:

"Lo que ocupa el tardeo", en Alacantí de Profit, 1 de febrero de 2014.


¿Y tú, conoces esta palabra y la has normalizado en tu abanico léxico? 
¿La utilizabas antes de que se pusiera de moda? ¿No la utilizas en absoluto y nunca la habías oído?
¡Esperamos tus comentarios!

Nuestras primeras veinte entradas de este Gran Diccionario de Alicantinismos:



ALICANTE VIVO EN ALACANTÍ TV (3). EL CASTILLO DE SAN FERNANDO (27/01/2014)

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